Un escenario lejano aún del optimismo oficialista

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Ricardo Rosales

prensa.rosalesr.@gmail.com

¿Mejoró el escenario económico tras la tranquilidad del dólar blue en las últimas semanas? ¿Es cierto que apareció un viento de cola (una brisa apenas), por el valor que cotiza la soja, la esperanza que la demanda china empuje otra vez el comercio mundial y las bajísimas tasas de interés del dólar? Como espejitos de colores, también se menciona el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y, quizás de algún rebote económico post pandemia con una vacunación masiva de la sociedad. La realidad, en verdad sigue muy lejos de ese escenario de esperanza que describe el ministro Martín Guzmán o los voceros del oficialismo. El descreimiento y las expectativas pesimistas no han cambiado en las últimas semanas, al contrario se han profundizado con la sanción del impuesto a la riqueza y los conflictos políticos en la alianza oficial, en la cúspide del poder entre el Presidente Alberto Fernández y la vicepresidente Cristina Kirchner.

Para muestra dicen, vale un botón: los bonos soberanos argentinos cotizan al 38% de su valor y dan un rendimiento del 17% en dólares. ¡Y esto después de la renegociación! Los demás activos de empresas locales, están por el piso, con precios de liquidación, pese a lo cual tampoco aparece una demanda. En otras palabras, no hay interés por tomar riesgo en el país, no importa los precios, no se advierten negocios que sean atractivos.

Cuando Guzmán renegoció la deuda privada (hace apenas 3 meses), anunció que los nuevos bonos rendirían 10% en dólares, sin embargo la ausencia de un plan y otras fallas en la gestión económica, dispararon el riesgo país a precios de default. Basta tomar algunas comparaciones de estos días para comprender la enorme brecha con la que se califica a la Argentina. En la región, Perú en medio de una crisis política con tres Presidentes en pocos días, un bono de ese país rinde 4% (cuatro veces menos que uno argentino) y la brecha se hace de otra galaxia si se mira hacia EE UU y otros países desarrollados, con tasas cerca de cero, o negativas. El nivel de liquidez de los mercados mundiales es muy alto, con la meta de incentivar el gasto, y conseguir dólares es muy barato; salvo para la Argentina y otros países de mala reputación.

El dólar blue, en reversa estas semanas, no ha impedido que el Banco Central continúe perdiendo reservas. Los datos de comercio exterior son preocupantes: desde septiembre, las exportaciones caen abruptamente a una tasa del 21% interanual, un ritmo negativo mayor al de otros países de la región como Brasil, de casi el 9%, también negativa. La información sobre las reservas es crucial, sin una recomposición de los dólares en el BCRA no se puede imaginar una recuperación de la economía. La desconfianza también se puede medir por los dólares en el sistema: hoy quedan unos 14.000 millones de dólares en los bancos cuando hace 15 meses los depósitos alcanzaban 47.000 millones. El retiro de fondos tampoco se ha detenido por la estabilidad del blue. En definitiva, el único criterio que permite afirmar que la crisis cambiaria está superada, son las reservas del BCRA. ¿Qué opina el FMI de esta situación? ¿Sería una salida mágica como la imaginada por Guzmán con la negociación con los acreedores? Los vencimientos de deuda son escasos hasta el 2024, con un año de transición en el 2025, pero a partir del 2026 el país tiene vencimientos por 12.000 millones anuales. Y no están considerados los 44.000 millones de deuda con el FMI que, seguramente serán renegociados. Con escasos vencimientos de deuda. Por qué motivo tenemos valores de default sino es otra razón que la profunda desconfianza en el rumbo de la Argentina.

Desde afuera, la lectura de lo que ocurre en el país es de una hecatombe social y política. Un editorial del Washington Post dice que los argentinos, en lugar de crear, destruyen la riqueza. Puede que sea polémica esa idea, pero no se aleja demasiado de otros debates internos. Por ejemplo, con los sancionadores seriales de impuestos en el Congreso y la Casa Rosada. En esta gestión se aprobaron seis tributos y ahora se agregaría otro a la riqueza. Los niveles de presión impositiva, entre la voracidad tributaria de la Nación, los gobiernos provinciales y los municipios, incentivan la economía informal, en “negro”, que ya es al menos el 50%. Trabajar en “blanco” con esa presión se hace insostenible e imposible de competir con el resto del mundo. La consecuencia es el crecimiento de la actividad informal, al margen, y las iniciativas formales que podrían competir y exportar, desaparecen. Lo dice en estos días un trabajo de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), que identifica “más de 150 tributos que recaen en la actividad económica”, que en algunas localidades se acumulan “entre 21 y 40 impuestos distintos”. El estudio confirma la dificultad de los agentes económicos (empresas o individuos) de dar “cumplimiento a esas normas”.

¿Y que pasa con la emisión monetaria y la inflación? Hacia fines de este año, la emisión de pesos por la gestión fiscal estaría en el orden de los 2 billones (equivalente a 7% del PIB), de manera que con acuerdo con el FMI o sin él, las presiones inflacionarias estarán presentes. El exceso de pesos está estimado en alrededor de 1,5% del PIB. El rebote de los precios en los últimos meses no es una casualidad, una vez el encierro social se flexibilice y resurjan distintas actividades, la tasa de inflación retoma con rapidez los niveles anteriores del 50%. ¿Qué podría hacer el gobierno de Alberto F. para el año próximo que convenza al staff del FMI y que corrija los desequilibrios fiscales y monetarios? Debería hacer un ajuste al que se niega y que solo alcanza por ahora a los jubilados. De acuerdo con un trabajo de Fundación Mediterránea, para lograr que el déficit estuviera algo por encima del 3%, como prometió el ministro Guzmán a empresarios de AEA, la curva de gastos debiera subir entre 25 ó 30 por ciento por debajo de los ingresos tributarios. ¿Hará ese ajuste Alberto F. para recibir la bendición del FMI? ¿Y si probaran con otro libreto, permitiendo la expansión del sector privado y la eliminación de decenas de impuestos?

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