María Elena Aramburú

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Fue una docente de extensa trayectoria universitaria y una respetada escritora de estrecho vínculo en diferentes círculos culturales de la Ciudad, por eso el fallecimiento de María Elena Aramburú causó un triste impacto entre quienes la conocieron.

Había nacido en La Plata, el 14 de junio de 1946; sus padres fueron Raquel Sampietro y Luis Antonio Aramburú y creció junto a su hermana Julia Raquel. Al completar sus estudios en el Colegio Misericordia, ingresó a la UNLP de la que egresó como profesora en Letras.

Ejerció la docencia universitaria como ayudante diplomada de la cátedra de Literatura Inglesa y Norteamericana durante diez años en la Facultad de Humanidades. Además fue profesora de Literatura en institutos terciarios y en el Colegio Nacional de la UNLP, donde ejerció la Rectoría del mismo en el período 2001-2004. También dictó cursos de su especialidad en institutos de educación terciarios del interior de la Provincia y coordinó talleres literarios.

En su carácter de escritora publicó los libros: Escenarios privados (cuentos, 1983); Los fuegos de bien amar (novela, 1992, Faja de Honor de la SADE); y Poesías de Canto y Cuento y Horas Cantadas. Además publicó cuentos y reseñas en revistas literarias y suplementos culturales. Su cuento Estrenando abuelas recibió el Primer Premio de la Revista Puro Cuento, 1991; su colección de cuentos De los deleites de acá (inédito) obtuvo la Primera Mención de Honor en el Concurso de Narrativa de la Fundación Inca, 1994. Sus cuentos Vicuñas en la alta noche y La fuerza del destino, figuran en antologías. La Fundación Aurora Venturini le otorgó el Primer Premio del Concurso de Cuento 2006 por El lazo.

También colaboró en el área de periodismo científico en el diario La Nación, edición La Plata. Tradujo del inglés varios libros de política y educación. Escribió en colaboración con Guillermo Pilía el volumen Historia de la Literatura de La Plata. Además escribió la novela titulada La ventana sigue abierta.

Conformó su familia junto a Jorge Granitto, de la unión nacieron sus hijas Georgina María, Bárbara Inés, Marcos Ernesto y Sofía Elena. También tuvo la felicidad de convertirse en abuela de ocho nietos.

En el tiempo libre le gustaba leer y entregarse a todo tipo de actividades culturales; disfrutaba en particular de sus salidas al Teatro Colón y al Teatro Argentino. Culta, alegre y de risa contagiosa, María Elena deja entre quienes la conocieron el recuerdo de haber sido una gran profesional y excelente persona.

 

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