Presuntos mapuches tomaron una parroquia, atacaron al cura y huyeron

Un grupo de doce personas encapuchadas autodenominados mapuches tomaron ayer la parroquia Nuestra Señora de Luján de la localidad cordillerana de El Bolsón, agredieron a miembros de la congregación, hicieron pintadas en el templo y finalmente huyeron del lugar.

“Entró gente pidiendo pasar al baño y luego no se quería retirar, vino más gente y directamente pasaron al templo y lo tomaron”, explicó el sacerdote Ricardo Citadini, luego de haber logrado escapar de la parroquia tras ser agredido.

El párroco relató que, una vez dentro del templo, los ocupantes “hicieron una barricada con bancos y sillas, algunas pintadas y cantaron música ancestral”.

Con respecto al fraile franciscano que permaneció dentro del templo con los ocupantes, explicó que en realidad “no fue rehén” sino que decidió quedarse en el lugar con la intención de dialogar con las personas que ingresaron.

La toma de la iglesia está relacionada con reclamos ante el desalojo del predio perteneciente al Obispado de San Isidro, que la agrupación Winkul Lafken Mapu ocupó en Villa Mascardi, provincia de Río Negro. El juez de garantías Martín Arroyo dispuso el desalojo.

No obstante, la ejecución de la orden judicial quedó pospuesta por pedido del obispado, titular del predio, hasta que se garanticen todas las medidas de seguridad, tanto para los usurpadores como para los efectivos de la fuerza de seguridad que deban llevar adelante la medida.

Por su parte, el intendente de El Bolsón, Bruno Pogliano, dijo que la situación registrada ayer “ha sobrepasado cualquier limite lógico y permisible”.

Pogliano, que en ese momento mantenía un encuentro en la ciudad de Bariloche con la gobernadora rionegrina Arabela Carreras, agregó que tenía “mucha indignación” y pidió “mayor celeridad a la justicia y mayor respuesta”.

Un grupo de la fuerza especial COER de la Policía de Río Negro se trasladó desde Bariloche al lugar de conflicto. Sin embargo, antes de que llegaran a la zona, los mapuches liberaron al sacerdote y al otro miembro de la congregación y huyeron a los gritos.