El origen de Papá Noel: un joven huérfano que ganó el mundo con su solidaridad

Quién dijo que Papá Noel no existe. Quién se atreve a poner en duda su existencia y origen. ¿De verdad no le van a dar crédito a su leyenda? A continuación las afirmaciones más populares que acreditan su nombre, apellido y objetivos. El niño humilde que dejaba regalos en los zapatos, que fue santificado y venerado hasta el día de hoy.

Una de las teorías más fuertes viene del centro de Europa. Se llamó Nicolás y nació en Patara, un pueblo a orillas del Río Xanthos, en la costa del Mediterráneo turco, lejos de la nieve y los trineos.

Nació 280 años después de Cristo. Al igual que Juan Bautista, el primo de Jesús, Nicolás fue fruto de un matrimonio maduro. Los padres eran cristianos y él siguió el mismo camino, incluso luego de quedar huérfano de jovencito, tras una peste que castigó a Patara.

El primer milagro que se le acredita fue aportar la dote de tres jóvenes cuyo padre había caído en la miseria. Una noche, sin que nadie lo viera, dejó monedas en sus zapatos y esa acción cambió sus vidas para siempre.

Luego de recorrer Jerusalén, Nicolás regresó a Patara, donde fue consagrado como obispo de Myra. En esos años, 303 después de Cristo, el emperador Diocleciano había ordenado quemar iglesias y ejecutar a los cristianos. Él iba a ser uno de ellos, pero días antes de su ejecución Diocleciano falleció y su sucesor ordenó detener las sentencias.

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San Nicolás vivió el resto de sus días en Myra, donde se dedicó a tareas piadosas. La tradición dice que murió el 6 de diciembre, consagrado como día de su santo. Los testimonios de sus milagros se multiplican, y su tumba se convirtió en lugar de peregrinación, más cuando afirmaban que un óleo aromático brotaba del sepulcro y curaba a los enfermos.

En el año 887 vikingos desembarcaron en varias ciudades europeas, entre ellas Kiev y Bari. Los de esta última ciudad, 200 años después avisados por la fama de San Nicolás, decidieron secuestrar sus huesos para llevárselos y convertirlo en Santo patrón de la ciudad. Ahí mismo se edificó una basílica, donde arqueólogos aseguraron en 2007 haber encontrado la tumba, intacta.

La primera aparición de San Nicolás en el mundo nórdico fue en Groenlandia, donde se levantó una catedral en su nombre. En esa época, el 1500, casi 2.500 iglesias llevaban su nombre en el mundo. Lo que cambiaba era su nombre: Nicolo, en Italia, Klaus en Alemania, Klass en Holanda y Kolya en Rusia.

En el Renacimiento, la devoción por el Santo alcanzó a los niños. De acuerdo al testimonio de algunos libros de la época, un grupo de monjas francesas que impuso la moda de exposición de zapatos y medias para depositar los obsequios. De inmediato en Europa empezaron a tomar esta tradición: los niños dejaban sus zapatos los 6 de diciembre, la fecha de nacimiento de San Nicolás, para recibir regalos. Con el correr de los años San Nicolás tomó el nombre de Papá Noel y la fecha se trasladó al 25 de diciembre, tal como todos conocemos ahora.

En 1823 el poeta Clement Clarke Moore dio cuerpo al personaje como un abuelo gordo de larga barba, que repartía regalos a los niños desde un trineo tirado por ocho renos. Su versión navideña fue publicada el 25 de diciembre de 1823. Sin embargo, la figura de Santa Klaus pertenece a Thomas Nast, cuya versión fue tomada por una importante empresa de gaseosas (Coca Cola), que la difundió desde 1930, con ciertas variaciones introducidas por el artista sueco Haddon Sundblom. 

“Que nadie haya visto a Santa Claus (Papá Noel) no quiere decir que no exista”, la frase de entonces que se mantiene al día de hoy.