“Milhouseeee”: el grito que se hace viral de edificio en edificio

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Por MARÍA VIRGINIA BRUNO

vbruno@eldia.com

En estos días de encierro, seguramente haya escuchado en alguna oportunidad a sus vecinos gritar porque, en tiempos de cuarentena, gritar es una buena alternativa catártica; sobre todo para los que no se suman a las clases de zumba on line ni se ven intentando bajar los postres en medio del living, mientras el resto de la familia sigue dándole forma al sillón mirando algo en el televisor.

Cada barrio tendrá los suyos, seguramente, pero en el de las inmediaciones de 1 y 57, están los vecinos que todos los días a la misma hora gritan “Me aburrooo”, así, con muchas o, entonadas, y también los que le responden con un “Me avacooo”, en tren de broma, claro.

También están los que se imaginan en un cantobar y gritan (porque no cantan aunque le pongan empeño, eh) con la música al máximo, aumentando la crispación en pleno encierro: las cabecitas de los demás vecinos empiezan a asomar, de balcón en balcón, tratando de descifrar al desubicado que grita y al que, obvio, le gritan que afloje un poco, che, que sea un poco más considerado.

Y en el medio de gritos que van y vienen están los que, de edificio en edificio, repiten una y otra vez un diálogo que a más de uno, seguramente, le ha llamado la atención:

-¡¡¡Milhouse!!!!

-¿Quéeee?

-¡¡¡¡Dile a Bart que venga aquí!!!!

-¡¡¡Creo que está con Nelsonnnn!!!

-¿¡Quién es Nelsonnn!?

Milhouse, Bart, Nelson. Los fans de Los Simpson no necesitan saber de quiénes estamos hablando. Pero el resto quizás sí lo necesite: son tres personajes de la tira animada más popular del mundo creada por Matt Groening a fines de la década del 80 y que va por temporada número 31.

El diálogo al que hacemos mención forma parte de una escena del capítulo 3 de la temporada 10 de la serie, “Bart, la madre”, emitido por primera vez en mayo de 1999.

Marge le pide a Homero que doble su ropa interior, tarea para la cual, según el padre de familia, “se necesitan dos hombres”, entonces empieza a buscar a Bart para que lO ayude. Pero el niño no aparece. Los padres se preguntan dónde está y Lisa contesta que se fue a jugar con un amigo. Ahí es cuando la madre de este clan se espanta pensando que podría estar con Nelson (la mala influencia de Springfield) pero la hermana “lo cubre” diciendo que está con otro amigo: Milhouse. Ahí es cuando Homero activa, se encamina a la ventana y comienza el tan celebrado diálogo entre los fans.

El año pasado, justamente en marzo, el #MilhouseChallenge se hizo viral en todo el mundo. Las redes sociales se llenaron de videos en los que, de edificio en edificio, jóvenes (y no tanto) repetían estas líneas que ya han quedado en la historia.

Ahora, con tiempo de sobra para revivir uno y mil retos, algunos platenses buscan entretenerse con esto: un divertimento sano que no hace mal a nadie excepto a algunos vecinos que, cansados de los gritos, les gritan para que se callen. Total, ¿qué puede malir sal?

 

 

 

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