“Milagro en la celda 7”: para llorar de principio a final

Si está muy triste, esta película le puede resultar desgarradora pero déle una oportunidad y verá que el amor siempre vence

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Por MARÍA VIRGINIA BRUNO

vbruno@eldia.com

Difícil de describir sin spoilear esta película que lo puede hacer llorar de principio a final. Si es de las personas a las que todo lo que toque una mínima fibra de emoción la conmueve, va la advertencia: prepare pañuelos. Si es de las más duras de roer quizás encuentre una excusa perfecta para descargar en lágrimas la angustia de estos locos días de cuarentena.

“Milagro en la celda 7”, de Mehmet Ada Oztekin, es una producción turca de 2019 que se puede ver en Netflix. Por el título podríamos inferir que se trata de un drama carcelario y lo es, claro, pero con un enfoque que si bien no escapa de la violencia propia del género, ofrece una mirada profundamente sensible que les hará preguntarse más de una vez: ¿por qué me puse a mirar esto? Va la segunda advertencia: continúe, de verdad, vale la pena.

La película cuenta la historia de un padre con discapacidad intelectual, Memo, que vive junto a su hija de seis años, Ova, y su abuela. Su vida cambia cuando es acusado erróneamente de asesinar a la hija de un militar de alto rango. Mientras sufre en la cárcel y es condenado a pena de muerte, la nena luchará por encontrar al único testigo que podría ayudar a salvar la vida de su padre.

Un buen libro, acciones que no pierden el ritmo en sus más de dos horas de metraje y la conexión emocional entre ese padre y esa hija que nos hará reflexionar sobre lo incondicional del amor y lo inútiles que son a veces las etiquetas, son algunas de las razones por las que la película está siendo tan bien recibida.

“Milagro en la celda 7” fue ayer la tendencia Nº 1 en los más vistas de Netflix en el país

 

El filme cuenta con la actuación de Aras Bulut Iynemli, conocido por haber participado en la megaproducción “El Sultán” como uno de los hijos del emperador Suleimán. Su actuación ha hecho preguntar a más de uno si en realidad tenía una discapacidad, sin embargo, todo ha sido interpretación: es imposible no conectar con su Memo, con sus formas de entender la vida y sus formas de amar.

A Ova le da vida la pequeña Nisa Sofiya Aksongur, una de las niñas actrices más aclamadas de Turquía. En la peli, la nena se planta firme, pero con dulzura, componiendo una criatura que genera empatía de entrada, entre abrazos desarmadores y reflexiones adultas. Está convencida de la inocencia de su papá y lo demuestra con acciones. Sabe que su papá no es como el resto de los papás y su abuela le explica con palabras certeras. Porque eso suelen hacen las abuelas, ¿no?

Esta historia, que a más de uno ha recordado a “Mi nombre es Sam”, la inolvidable película de 2001 protagonizada por Sean Penn y Dakota Fanning, es una adaptación de una película coreana de 2013 dirigida por Lee Hwan-kyung, que ha batido récords en el país asiático, convirtiéndose en uno de los filmes nacionales más taquilleros: en Rotten Tomatoes, un sitio de referencia para los cinéfilos de paladar fino, tiene 89% de valoración positiva. El filme original también ha sido adaptado en Filipinas e Indonesia, además de Turquía.

Durante el fin de semana, “Milagro en la celda 7”, estuvo dentro del top diez de las producciones de Netflix más vistas en el país. Y ayer fue la tendencia número 1.

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