Eugenio Angel Crivaro
Edición Impresa | 4 de Marzo de 2020 | 01:28

El doctor Eugenio Angel Crivaro tuvo una destacada trayectoria profesional como médico pediatra en la Ciudad. Su fallecimiento provocó hondo pesar en distintos ámbitos profesionales y sociales de la Ciudad.
Había nacido en La Plata el 29 de junio de 1925. Hijo de Elena Lofeudo y de Eugenio Crivaro, hermano mayor de su única hermana María Esther, llevó desde la infancia el apodo de “Chiche”.
Cursó sus estudios secundarios en el Colegio Nacional de la UNLP, del que guardó siempre los más gratos recuerdos y la evocación de quienes fueron sus maestros, como fue el caso de Ezequiel Martínez Estrada, de quien conservaba una carta de despedida de cuando el autor de “Radiografía de la pampa” dejó de ser su docente.
Ingresó en la Facultad de Medicina de la UNLP y, para costearse los estudios, trabajó como telefonista en la Unión Telefónica. Su vocación lo llevaría a inclinarse por la pediatría y a ingresar, todavía siendo estudiante, como practicante en el Hospital de Niños Sor María Ludovica.
El 8 de mayo de 1954 se casó con Isolina Goycoa “Tuti”, con quien era habitual –hasta el último día- verlo pasear del brazo por la calle Cantilo o hacer las compras en la feria de la Plaza Belgrano. Tuvieron dos hijas: María Cecilia y María Eugenia.
Recibido de médico, cumplió con la prórroga que había solicitado en el servicio militar y fue destacado como médico del Liceo Militar en Mendoza, donde el matrimonio residió dos años.
Ya de regreso en La Plata y reintegrado al Hospital de Niños, se instaló en City Bell, y se transformó en el primer pediatra de la localidad. Allí se estableció entonces, abriendo un consultorio en la propia casa y haciendo la vida de un médico rural.
Años más tarde fundaría junto con sus colegas Berri, Soruco, Larrea y Acebal la primer clínica que existió en City Bell. En el Hospital de Niños llegó a conocer a Sor María Ludovica de quien hablaba con admiración, recordando anécdotas divertidas.
Hincha de Gimnasia y amante del fútbol, generaba algunos contrapuntos divertidos en la mesa de los domingos con sus dos yernos de Estudiantes: Julio Alegre y Alejandro Cicchetti.
Su casa fue siempre lugar de encuentro para la familia, que se completó con cuatro nietos y cuatro bisnietos. Pasó sus últimos años entre las flores que tanto amaba, rodeado de libros, mascotas y del amor que el mismo dio a otros durante su vida.
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