"Acá no llega nada, es un abandono de persona"

Martín Cabrera

 

"Con mucho esfuerzo después de tantos años de trabajo vinimos a México para agradecerle a la Virgen de Guadalupe que estamos con vida y ahora estamos viviendo una pesadilla". La frase lo dice todo y pertenece a Claudia Alegre, una vecina de Los Hornos de 59 años que lleva dos semanas junto a su marido en Cancún sin saber cuándo y cómo podrán regresar a la Argentina.

La historia es similar a la de tantos platenses que quedaron varados en diferentes lugares del mundo. Pero esta pareja, a diferencia de la mayoría de los casos, tiene problemas de salud que la ponen en serio riesgo en caso de no regresar lo más rápido posible. Aquí está el foco que sobresale por sobre los otros. "No me hago la víctima, es la triste realidad".

"El 7 de octubre del año pasado tuve un infarto. Me colocaron un stent y estoy tomando 13 medicamentos por día, que no los puedo dejar porque corro riesgo de volver a tener un infarto. Varios son referidos a eso pero otros tanto para la presión", cuenta la mujer, gestora previsional y automotor que está en compañía de su esposo, Raúl Ferrer, de 62 años, plomero gasista.

Al hombre se le colocaron tres stent en el mes de enero, tres chimeneas metálicas y una endoprótesis abdominal a raíz de un aneurisma. "Si no lo operaban se moría porque estaba muy avanzado", resalta ella y agradece el trabajo de los médicos que lograron sacarlo adelante pese a que el aneurisma se estalló al momento de la intervención. Venir de viaje fue una manera de agradecerle a la vida que van a seguir disfrutando de sus dos hijas y cuatro nietos. 

La señora Alegre cuenta que ya dos veces tuvo que comprar medicación, pero no es nada sencillo. "Desde el consulado me prometieron que me iban a mandar la medicación, pero hasta ahora no me llegó nada, ni un vaso de agua. Le mandé mensajes hasta a la alcaldesa de la ciudad. Varias veces me sentí descompensada y la verdad es que no se lo deseo a nadie".

"Lo escuché al presidente Alberto Fernández decir que nos están abasteciendo a todos los argentinos varados y es una mentira. Acá no llegó ni alimentos, vivienda ni siquiera una aspirina, nada. Estamos olvidados, es un abandono de persona. No les importa nada, sólo que compremos un pasaje de Aerolíneas Argentinas", sigue con una mezcla de bronca y angustia.

De la línea de bandera denunció que los pasajes cuestan hasta 98 mil pesos y que de ninguna manera los argentinos que quedaron pueden pagarlo. "Les llaman vuelos de repatrio, pero hay que pagar y el que no tiene ese dinero se queda en tierra azteca, así de simple. Todos los que volvieron la semana pasada lo hicieron gracias al gobierno mexicano, no por el nuestro. Y encima no lo hicieron turistas en situación de riesgo sino que hubo muchos jóvenes que se podrían haber quedado".

"Me estoy haciendo la idea que nos vamos a tener que quedar a vivir en Cancún. El problema es que no soy una nena, y no puedo conseguir trabajo de manera sencilla. No tengo opción", remarca con resignación, al tiempo que revela estar durmiendo dos horas por día. "Como acá no llueve, de ser necesario me iré a vivir a una plaza.

"En el mes de julio del año pasado, previo a lo sucedido con mi marido, habíamos pagado este viaje. Salimos el 13 de marzo y debíamos regresar el 23. Pero Copa, el día previo, nos avisó de la cancelación del vuelo. Y comenzó ahí esta verdadera odisea", sigue con el relato. Cuenta que en el hotel todo era una maravilla, pero que no pudieron pagar 26 mil pesos por día y debieron buscar un alojamiento muy económico, obviamente con menos comodidades.  

"Tenemos dinero para poder seguir acá una semana más, el problema es que Copa nos reprogramó el vuelo para el 25 de abril. 

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