Cerveza platense: los productores se reinventan

Esta época de canillas secas en los bares y despachos, los llevó a comenzar con servicio de delivery de botellas, growlers y hasta latas propias. Algunos también hacen envío de comida

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Se estima que en La Plata hay cerca de 200 productores de cerveza artesanal y que unos 150 están asociados a algunas de las entidades que los nuclean a nivel local: la Asociación de Cerveceros Artesanales Platense (ACAP) e Islas Malvinas Asociaciones de Cerveceros Artesanal (IMACA). Ambas habían celebrado San Patricio, juntas, el fin de semana anterior a que se estableciera la cuarentena obligatoria. Fue una fiesta espléndida. Inolvidable. Y la última y la única de este año, según se vislumbra en esta cuarentena en la que lo último que volverán, son los eventos. En la actualidad, el sector, como muchos otros vinculados a la gastronomía, está facturando un 10 por ciento de lo que facturaba hace tres meses atrás. Algunos emprendimientos estuvieron cerrados durante más de 30 días. Y luego, a mediados de abril, comenzaron a activar el sistema de delivery, promociones y distintas maneras de “subsistir” en estos tiempos de bares cerrados y suspensión de eventos.

“Tomar una birra” es sinónimo de amigos, de juntada, de encuentro. Situaciones que están hoy en stand by y con un horizonte incierto. En este contexto, los cerveceros se reinventan con charlas, envíos a domicilio y algunos ahora, también con take away.

“En parámetros generales, durante el primer mes de cuarentena, las empresas estuvieron cerradas, con facturación cero, a partir de que cerraron los bares, sobre todo. El siguiente mes, hacia mediados de abril, algunos comenzaron a activar delivery, sobre todo. Muchas fábricas están en las afueras de la ciudad, por lo que los servicios de Glovo o PedidosYa no llegan. Por lo tanto, comenzaron a hacerlo quienes tenían la posibilidad de un reparto propio, dice Natalia Gualdesi, presidenta de IMACA.

“En mi caso, que estoy a dos cuadras afuera de la zona adonde llegan las apps, tuvimos que encargarnos nosotros mismos de elaborar un sistema de venta. En el medio, tuvimos un faltante en la Ciudad de botellas pet, que son las que usamos para fraccionar y hubo que gestionar el ingreso del camión a la ciudad. Porque era un insumo necesario para poder reactivar la venta de algún modo. Después de sortear ese problema empezamos a trabajar; estimo que un 50 por ciento de las fábricas empezó a hacerlo bajo ese sistema”, agrega.

En la actualidad, se calcula que “la movilización de dinero que puede generar cada emprendimiento es del 10 por ciento de lo que facturaba normalmente. Hace dos meses que estamos por debajo del punto de equilibrio mínimo para sostenernos. Y, en general, profundiza un montón de aspectos que venimos arrastrando, deudas y otros inconvenientes económicos”, comenta Gualdesi.

Las fábricas están elaborando estrategias para ir adaptándose, de a poco: sistemas que cuiden al consumidor y que también los permitan trabajar “y subsistir”. “Esa es la expectativa que tiene el sector: la de por lo menos sobrevivir a esta pandemia. Que el emprendimiento pueda perdurar. Ya vendrán tiempos mejores. Para la parte de eventos también, porque va a ser lo último que se vaya a retomar”.

En conjunto, los cerveceros están “tratando de sacar una campaña de concientización para público consumidor, para que consuma productos locales; que se entienda que la economía regional es importante aplicarla en estos momentos de crisis. Estamos viendo de poder hablar con el Municipio y las diferentes esferas gubernamentales, para solicitar algunos acuerdos que ayuden al sector cervecero”, resume la cervecera, que está al frente de su marca, Nanook.

UN PROBLEMA REGIONAL

“La actualidad de los productores regionales (La Plata, Berisso y Ensenada) es dura. Venimos de 2 años en los que los aumentos del dólar nos pegaba de lleno y nos fue imposible trasladar los costos al producto final. A finales de febrero se veía una merma en el consumo y el inicio de la cuarentena nos dejó de golpe sin la posibilidad de mantener los volúmenes de ventas. Buscamos reaccionar, proponiendo la venta directa de fábrica con delivery solicitando los permisos correspondientes. Se acordó un protocolo de sanitización acorde y comenzamos a comercializar nuestros productos: la mayoría en botella y los que tuvieron la posibilidad, en latas”. El que habla es Rodolfo García, presidente de la ACAP, quien sostiene que “esto nos permitió recuperar entre un 5 por ciento y 10 por ciento del volumen de ventas previos a la cuarentena”.

En este nuevo escenario la comercialización mediante delivery de botellas, las tiendas online, mercadolibre y las redes sociales son herramientas indispensables para mantenerse durante la crisis y pensando en el futuro, llegaron para quedarse. En eso coincide la mayoría de los cerveceros.

Esta semana, con la medida tomada por el Municipio de habilitar el servicio “take away” en bares y restaurantes esperan que les de “un poquito más de aire”.

Cabe recordar que el 90 por ciento de estos productores le vende a bares y restaurantes de la Ciudad y algunos llevaban sus productos también a otras localidades cercanas.

“Algo positivo que sacamos de todo esto es la parte educativa: se está aprovechando para forjar lazos con cerveceros de otras regiones, brindar charlas online gratuitas, transmisiones en vivo y la posibilidad de hacer visitas virtuales a las fábricas. También muchos productores aprovecharon el parate para reacondicionar las plantas de elaboración, hacer mejoras, jugar un poco con estilos nuevos difíciles de hacer cuando la demanda exige los estilos más consumidos”, dice Rodolfo.

Los productores de Laurus también le buscan la vuelta a la situación: “estamos buscando nuevas estrategias y cubrir los costos. Nos mantenemos operativos. En la fábrica tenemos empleados que no están viniendo, pero les seguimos pagando. O vienen a veces puntualmente para algo, a controlar presión o gasificación. Distintas cosas que hay que realizar para mantener la calidad de la cerveza. Primero empezamos a vender los pet (envases de plástico), como hacen muchos y luego empezamos con las latas, que era una idea que teníamos hace tiempo. Fue una estrategia, de ofrecer el producto de una manera más práctica y llamativa. En la Plata somos los primer que hacemos etiquetas con diseño”, dice Franco Fontana, uno de los responsables.

“El procedimiento de las latas lo lleva a cabo una empresa que viene a tu fábrica con la máquina de enlatado para cuidar la materia prima. De este modo, la cerveza nunca tiene contacto con oxígeno, para preservarla. En latas, las variedades lupuladas (las IPAS) tienen una vida útil de 6 meses. Pueden durar más, pero pierde calidad, sobre todo en el estilo. Las más maltosas pueden durar un poco más. Es un buen canal de venta y las estamos llevando a domicilio”, dice Franco y agrega que están “impacientes, preocupados, pero siempre buscando alternativas”.

LAS CERVECERIAS

Maximiliano Zurita está vinculado a los cerveceros platenses desde hace muchos años, aunque siempre es la cara visible de los Antares de La Plata –son 3 en total, sin el de City Bell, que es de otros propietarios-. El panorama de las cervecerías vacías, sin gente en las barras, era algo impensado hasta hace unos meses, en estos lugares tan tradicionales y concurridos.

“Respecto a los Antares, estamos como casi todas las cervecerías y restaurantes de la Ciudad: con ventas a través de delivery y a partir de ahora sumamos take away. Las ventas por este medio representan entre el 5 por ciento y el 10 por ciento de una facturación habitual antes de la pandemia -con el local abierto- (a veces ni llegan al 5 por ciento), lo cual hace muy difícil sostener una estructura grande como las que tenemos”, confiesa Zurita.

“Es una realidad para la que nadie estaba preparado. Entonces, de un día para el otro tuvimos que adaptarnos a un formato nuevo que no teníamos desarrollado. Fuimos aprendiendo sobre la marcha y como gastronómicos nos topamos con algunas realidades del formato, como la especulación de las Apps de delivery que, aprovechando la situación de alta demanda en la que se encuentran, piden comisiones inviables (a un local nuevo le piden comisiones del 35 por ciento más impuestos)”.

“Como cervecería, compartimos muchas problemáticas comunes también a la industria cervecera local, aunque somos marplatenses nos sentimos parte -Antares está hace 15 años en la ciudad y La Plata 56 fue el segundo pub de la marca y el primer local fuera de Mar del Plata-, crecimos y aprendimos juntos con la industria local”, dice Maxi.

“Las ventas son muy bajas y en un formato distinto, tuvimos y tenemos que hacer muchos acuerdos para subsistir (proveedores, alquileres, empleados, etc.), el acceso al crédito es muy limitado y a la vez inconveniente por las tasas que se manejan -tener que sacar un crédito, que no sabemos si podremos pagar, para pagar deuda corriente es una locura-, la ayuda del Estado llego en forma dispar -no todos pudieron acceder al ATP y no todos recibieron el desembolso pautado-, los servicios en muchos casos se cobraron erróneamente (Edelap al no tener personal para relevar los consumos, cobró un monto promedio de los meses anteriores, cuando estábamos en verano, sin pandemia y con los locales abiertos al 100 por ciento)”, agrega el empresario gastronómico.

“Casi todas las cervecerías para subsistir salieron a vender al consumidor final, adaptándose también a un formato nuevo (el Brewmaster muchas veces es quien te entrega el delivery). Algunas cervecerías para mantener mejor el producto y para poder llegar mejor al consumidor final, enlataron su producción (haciendo una gran inversión en este difícil momento). El vínculo entre los gastronómicos y la industria cervecera local es muy fuerte. Hay grupos de WhatsApp en los que compartimos experiencias y estamos logrando acuerdos grupales. Estamos convencidos que la salida de esta situación excepcional es, sin dudas, colectiva”, finaliza.

 

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