Anita Martínez: “El teatro es muy yóguico; es el aquí y el ahora”
Edición Impresa | 14 de Junio de 2020 | 07:45

Por PEDRO GARAY
Con la ansiedad en la voz alimentada por su usual energía, ese vértigo desfachatado que la convirtió en una fuerza de la naturaleza cuando se subió a la pista de Tinelli, Anita Martínez confiesa que “me va costando la cuarentena. Soy una persona muy activa, muy generadora de proyectos, no estoy acostumbrada a quedarme esperando que suene el teléfono, y ahora ni siquiera puedo generar mis propios proyectos”.
Pero, siempre imparable, aún en cuarentena la artista se generó su propio proyecto: el viernes, desde las 22 en la plataforma de streaming Platealive! (entradas a $400), presentará su unipersonal “Histeriotipos”, un clásico en su carrera donde desmenuza los tipos de tipo que encuentra en su camino de soltera.
Una obra que, cuenta Martínez en diálogo con EL DIA, ha ido “modernizando” junto a la autora, Claudia Morales, para adaptarla a los tiempos de Tinder y pandemia. “Hablamos de la problemática de poder conseguir novio”, explica, pero el amor ha cambiado en este loco siglo XXI, y ahora, dice, hay hasta “un capítulo nuevo, que es el amor pospandemia: ¿cómo será ir a una cita, cómo encarás, no hay besos? ¿No hay contacto? ¿Se sacan el barbijo? Una cosa rara”, se ríe quien comenzara su carrera en los míticos “Club Social y Deportivo” y “Mar de fondo”.
“Histeriotipos”, sigue Martínez, “habla de cómo son los vínculos entre hombres y mujeres: tipificamos un montón de estereotipos de hombres con los cuales nos hemos encontrado muchas veces las mujeres, que siempre salen en las charlas con mujeres, cómo es ese vínculo con el tipo histérico que se repite todo el tiempo, el tipo que van a comer y nunca concreta, pasan juntos el finde y después no te contesta los mensajes, el Peter Pan que juega todo el día a la Play, que nunca te va a contener, nunca te va a llenar la heladera, el tipo que miente con la foto en las aplicaciones…” Así, cuenta, se describe “ese recorrido que una va haciendo, esos kilómetros de personas que uno recorre y que te lleva siempre al mismo lugar”. Siempre, claro, riéndose de las desgracias. No queda otra.
“Histeriotipos” volvió a las salas en 2019, luego de que el productor Diego Djeredjian se acercara a Martínez para volver: la actriz se había dedicado durante las últimas temporadas a ampliar su horizonte y trabajó en varias obras infantiles, pero “se dio la posibilidad de volver en septiembre del año pasado, y nos fue muy bien”. En el verano, se fue a hacer “Únicas”, y luego, claro, la pandemia: “Ahora, teniendo en cuenta que lo único que podemos hacer es trabajar solos, que no podemos convivir con otros actores, se nos ocurrió hacer el unipersonal de forma online”, explica la intérprete y campeona del “Bailando” en 2014.
“En pandemia, todos necesitamos hablar un rato tras mirar seis horas a la pared y angustiarnos”
La idea “me pareció bien, porque no sabemos cuando vamos a volver. Entonces, esto no llena de expectativas, y además no perdemos el ‘training’ y no dejamos de hacer lo que nos gusta y nos da de comer”, relata. “Estoy emocionada de poder volver a laburar después de más de tres meses. Y también viniendo de años difíciles para la actividad teatral”.
EN VIVO DESDE CASA
A diferencia de varias de las propuestas de teatro por streaming, la emisión de “Histeriotipos” recuperará una clave del teatro: el vivo. El show será en directo, desde la casa de Martínez, y abierto a los imponderables, claro, del vivo. “Yo tengo una ventana que da a la calle: me imagino yo sola, gritando, con los títeres, y el vecino pasa paseando al perro, dos tipos que se pelean en la calle, uno me quiere robar el auto, el cartero que me revolea la factura de Metrogas, y yo haciendo la obra. ¡Yo agarro la computadora y voy hasta la puerta, es irrepetible!”, comenta entre risas y haciendo uso de la batería verbal que ya le conocemos, que denota la ansiedad que, acepta, le afecta más ahora en tiempos de pandemia.
“Estoy esperando que todo esto se recomponga: no sé que te pasa a vos, pero a mi me falta quietud, paz. No la puedo encontrar, aunque trabajo todos los días para eso, inhalo, exhalo, mucho yoga”, confiesa quien aprovecha el parate para estudiar su tercer profesorado de la disciplina originaria de India. “Es un camino que está buenísimo para mi que tengo tanta ansiedad. Se nota. Desde que me llamaste no paré de hablar”, comenta risueña. Es que, en pandemia, todos necesitamos hablar un rato tras mirar seis horas a la pared y angustiarnos. “Y encima, me mata que uno llama a la gente, y te corta, ya hablaron con otros antes y ya cubrieron la cuota de habladurías del día. Y bueno, llamamos a otro”, acota Anita.
La actriz montará la puesta de “Histeriotipos” en un el salón donde da clases de yoga, “un home office teatral”, dice, aunque avisa que “será como si estuviera en el teatro, con mi escenografía, mis títeres: lo que pasa es que estoy muy acostumbrada a esto, viajé durante años con los títeres, la utilería, los escenarios, que me resulta familiar, es algo con lo que conviví siempre. Y está bueno empezar a adaptarnos a esta nueva realidad, parece que se viene todo online”.
TEATRO YÓGUICO
El streaming, claro, no ofrece la dinámica de remate y risas del teatro (“podría poner unos reidores de mentira, sería gracioso”, trama entre risas Anita, “o unos muñecos que aplaudan”) pero, sobre todo, y aunque analiza poder interactuar vía chat con los espectadores, no ofrece ese cara a cara de la sala teatral.
Ese aspecto es que le generaba “dudas” a Martínez a la hora de pensar el teatro online. Es “válido”, opina, que se puedan ver obras del pasado, pero ella solía rechazar de plano el teatro en la pantalla… hasta la pandemia.
“Creo que hay una prepandemia y un pospandemia: antes, yo estaba totalmente en desacuerdo con que se emitieran online espectáculos grabados. Me lo ofrecieron, pero el hecho del vivo del teatro, ese momento único, irrepetible, me parece que no era reemplazable, entonces no estaba de acuerdo: me costaba entender la idea de que alguien se siente y vea como una película algo que para el teatro es diferente”, confiesa, y agrega: “Pero pasó la pandemia, y es imposible que no me modifique cosas, desde lo personal, pero también desde la forma en que veo que tengo que empezar a concebir la nueva realidad. Primero fue shock, pero ahora entiendo que es una forma de llegar con una actividad que se apagó durante este tiempo, y que para mucha gente puede ser un momento de satisfacción, de poder ver algo distinto en un momento donde solo tiene información: sacar la cabeza de la información y ver un rato de teatro, aunque sea de manera virtual, quizás lo distrae un poco”.
“Este es mi pensamiento obviamente bipolar”, se ríe, “porque sigo pensando que el teatro se vive en el teatro, de la misma forma que no es lo mismo no ver una película en salas: genera un montón de cosas, salir, prepararse, el momento de encuentro, donde un otro disfruta y se ríe a la par conmigo, celebrando ese momento único, irrepetible, que no va a volver a suceder”.
“Algo que por otro lado es muy yóguico”, cierra Anita. “Es el aquí y ahora. Sucede en ese instante, ese presente, y nada más”.
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