El campo en guardia por la escalada de ataques violentos contra la propiedad

Asesinatos, roturas de silobolsas, incendios intencionales, robos de maquinaria, cosecha y agroquímicos; abigeato y usurpación de campos. Este año ya dañaron unas 5.700 toneladas de cereales

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Por ESTEBAN PÉREZ FERNÁNDEZ

eperezfernandez@eldia.com

La situación de los productores agropecuarios se complica día a día y esta vez no es por el valor internacional de los granos, las retenciones, inundaciones o sequías. La escalada de violencia y ataques a la propiedad privada preocupa a hombres y mujeres de campo, que piden una respuesta más enérgica por parte del poder político ante lo que ellos califican como “actos delincuenciales”. Desde una de las entidades más fuertes del país, Confederaciones Rurales Argentinas, denuncian que en los primeros seis meses del año hubo asesinatos, rotura de silobolsas, incendios intencionales, robos de maquinaria, de cosecha, de agroquímicos, abigeato y usurpación de campos. Una muestra de la inseguridad que sufren a diario los productores y de la que se quejan a viva voz.

En los últimos tres meses hubo unos 40 delitos contra los productores agropecuarios

 

La cara más trágica de esta realidad es, sin dudas, la de los dos homicidios: uno ocurrido en Misiones, el de Rodolfo Weber, productor que fue muerto por disparos de ladrones que le robaron una vaca. El otro, en Tucumán, el de José “Pepe” Porcel, de 81 años y ex socio de la Federación Agraria Argentina (FAA), productor tambero de la localidad de La Ramada de Abajo, 33 kilómetros al noreste de la capital tucumana: tres delincuentes entraron a su casa y abordaron al hombre, quien se encontraba en la galería de la morada junto a su esposa. Lo asesinaron de un disparo a quemarropa.

Pero también la inseguridad que sufren los productores agropecuarios en todo el país tomó notoriedad con la cantidad de roturas de silobolsas, más de 60 en lo que va del año, de las cuales unas 40 ocurrieron en los últimos tres meses, pero la suma de delitos -algunos no llegan a denunciarse- llevaría ese número mucho más arriba, explican desde el sector.

Por ejemplo, en Mendoza, le robaron la cosecha de 8.000 kilos de ajo a un productor. Y en los al menos 60 casos que se registran al día de hoy de roturas de silobolsas, de acuerdo a información del departamento económico de CRA, se estima que en total son 5.700 toneladas las que han sido dañadas. Además, en cada intento de recuperar el grano se pierde un 15 por ciento del mismo, sumado esto a que alrededor de 870 toneladas quedan sin poder recolectarse nuevamente.

“Sin una condena enfática por parte del oficialismo a tanta barbarie no es posible imaginar ni el esclarecimiento de los hechos ocurridos ni el final de tan tremenda acción delictiva”, dijeron desde CRA.

TESTIMONIOS BONAERENSES

Entre las varias zonas afectadas en territorio bonaerense se cuentan delitos de todo tipo. Al respecto, Fernando Ferrari, productor de Lobos, le explicó a EL DÍA que “con respecto a la escalada de casos tuvimos reunión de CD y estamos todos muy preocupados por los hechos de violencia que se están dando en cuanto a rotura de silobolsas y quema de algunos campos o rollos, y que desde las redes o grupos de WhatsApp se esté alentando a los hechos de violencia. Creo que el Gobierno tiene que tomar cartas en el asunto, aclarar los hechos y poner un poco de calma”.

Desde la Sociedad Rural de Exaltación de la Cruz, Campana y Zárate explicaron que hace pocos días apareció roto intencionalmente un silobolsas conteniendo toneladas de granos de soja de un establecimiento agropecuario ubicado en la localidad de Diego Gaynor. “El esfuerzo de todo un año, la inversión productiva y el trabajo de mucha gente se ve arruinado por la acción cobarde de asaltantes nocturnos quienes piensan que de esta manera perjudican ‘al campo’. Cuando se arruinan los granos, pierden además del productor el transportista, los vendedores de insumos, los profesionales, los prestadores de servicios, el vendedor de combustible, de repuestos, la planta de acopio, el puerto, y muchos otros más Ese grano a la intemperie se pudre y ya no sirve más, por lo tanto no se exportará ni se venderá localmente ni se podrá transformar en alimento balanceado para alimentar vacunos, cerdos, pollos, ponedoras, conejos y peces y como materia prima para infinidad de procesos industriales. Pierden entonces también el municipio, el estado provincial y el nacional ya que no ingresarán dólares por su exportación y tampoco tributará impuestos y tasas que luego sirven -entre otras cosas- para sostener la estructura de la administración pública y los pagos de jubilaciones y subsidios. La paciencia de los productores tiene un límite, sobre todo ante la impunidad con la que transitan y operan estos delincuentes. Finalmente perdemos todos, porque lo que arruinan intencionalmente estos bandidos inadaptados es directa o indirectamente comida y fuentes de trabajo”, explicaron desde la gremial empresaria.

En cada intento de recuperar el grano se pierde un 15 por ciento del mismo tras los ataques

 

Al respecto, el vicepresidente primero de la entidad, Fernando Borachia, le dijo a este diario que “En la zona tuvimos varias roturas de silobolsas, la última fue a una familia de Diego Gaynor. Se ha realizado la denuncia y ese fue el último de una serie de hechos. Unos días antes tuvimos la quema de un campo en la zona de Cardales, un maizal que estaba seco. Ese incendio fue intencional. Evidentemente, se van repitiendo estos hechos y los seguimos con gran preocupación porque esto no es una travesura, es algo realizado con cierta organización”.

Consultado por las razones que han llevado a estos ataques, el referente de la Sociedad Rural de esas ciudades bonaerenses explicó que “hay una discusión con todo el tema de Vicentin que evidentemente ha caldeado los ánimos. Suponemos que es obra de alguna mentalidad extraviada, porque en definitiva lo que se arruina es comida y trabajo. No le hace bien a nadie, pero le hace mal a todos”.

Con respecto al miedo que expresan desde el sector ante la escalada de violencia, el productor sostuvo que “la preocupación está y si las tensiones aumentan se puede esperar cualquier tipo de acción. El problema es la reacción, porque los productores no se quedarán de brazos cruzados. Lo ideal es apaciguar los ánimos, serenarse, volver al diálogo, tratar de encontrar soluciones, explicar qué está pasando. Tenemos que pensar en cómo salimos, cómo ayudamos a la gente que la está pasando mal, dejando los desencuentros de lado, porque no llevan a ninguna parte. Después de la cuarentena el país va a necesitar retomar el trabajo, la producción, el comercio. Necesitamos retomar actividades que generen saldo exportable, para tener dólares que permitan que la industria funcione, comprar insumos, pagar la deuda, para que el país funcione. Una de las locomotoras del crecimiento argentino va a ser el sector agropecuario. Tenemos mucho para ofrecer y poco para pedir”.

EN EL OESTE

En tanto, desde el oeste bonaerense, Ignacio Kovarsky, titular de la Sociedad Rural de Trenque Lauquen, le explicó a este diario que “el campo sufre incendios de maquinarias, abigeato, rotura de silobolsas y otros delitos. Lo que más llama la atención de todo esto es lo que se está tardando desde el poder político en hacer declaraciones fuertes al respecto. Esto es un delito: meterse en propiedad privada, hacer daño, y el que lo hace es un delincuente que debería ser repudiado por todo el espectro de la sociedad. Y los que están gobernando debieran hacer declaraciones fuertes para calmar las aguas. Esperamos soluciones y que empiecen a aparecer los culpables. No es robo, no es para comer, es maldad. Un gesto político pondría un manto de tranquilidad a toda esta locura. Cuando cortaron alambrados en Pellegrini estuvieron las patrullas rurales y se movieron un montón, pero con patrulleros rotos, sin gasoil, porque las patrullas rurales no tienen recursos, dependen mucho del municipio y de entidades que les dan una mano para sobrevivir. El Presidente, los gobernadores y los intendentes deberían repudiar todos estos hechos, sean del partido que sean, y espero que esto no sea una cuestión ideológica. Estamos muy enojados y abandonados. ¿Sé está fogoneando desde algún lado esto? No lo sé. ¿Y si un productor se cruza con un delincuente? Hay que poner paños fríos. Le pedimos a los productores que no actúen por mano propia y a los gobernantes que actúen. Trenque Lauquen tiene 550.000 hectáreas de campo y solo 2 patrullas rurales. En redes sociales muchos quieren que los productores vendan los cereales, pero por otro lado arengan para que los prendan fuego o rompan los silobolsas, por eso no se entiende qué buscan estos sectores”.

En declaraciones a este diario, el presidente de Carbap, Matías De Velazco, afirmó que “actos de vandalismo hay desde hace rato: rotura de silobolsas, cortes de alambrados, incendios, pero tomaron más asiduidad en estos últimos días. No creemos que sea algo organizado, porque está muy disperso en el mapa, pero sí a veces con un componente local producto del resentimiento y algún fanático militante. Nosotros desde Carbap pedimos que se expresen claramente repudiando estos actos y que bajen línea dentro de sus espacios políticos para que esos militantes más enfervorizados paren un poco la mano porque si no esto va a terminar a los tiros. Circulan audios falsos y la gente se da manija. La patrulla rural en Provincia hizo una buena acción de georeferenciar los silobolsas para hacer un patrullaje más intensivo y esto tuvo un gran apoyo de los productores. La mayor cantidad de hechos ocurrieron ahora, sin dudas. Algunos pueden creer que cortando silobolsas provocan que por miedo el resto de los productores tenga que salir a vender y entrarían más dólares al país, pero por supuesto que esto no es así y muestra un profundo desconocimiento de la realidad”.

 

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