Con 57 causas, salió por el riesgo de COVID-19 y cayó por robar en Villa Elvira
Edición Impresa | 2 de Septiembre de 2020 | 02:41

Padre e hija no olvidarán la fecha, domingo 20 de agosto, ni la dirección, 117 entre 96 y 97. Ese día, en esa cuadra, ambos caminaban de la mano cuando la realidad los marcó para siempre. Dos motochorros que deambulaban por ese sector de Villa Montoro observaron la “presa fácil” y encararon sin piedad hacia ellos. Lo que siguió fue otra de las tantas escenas de violencia que se observan sin pausa en la Región: el acompañante descendió del rodado empuñando un arma, le dio con la culata al hombre -un paraguayo de 33 años- en la cabeza y al mismo tiempo intentó arrebatarle un teléfono celular.
A pesar de la sorpresa y el miedo, la víctima no soltó a la pequeña, pero no pudo evitar retroceder unos pasos. Aquella, por su parte, se tropezó y cayó hacia atrás. El ladrón aprovechó el momento y le apuntó a la cabeza, provocando la reacción del padre, que se tiró encima de ella para cubrirla con su cuerpo. Tras sustraer lo que pudo, el delincuente regresó al rodado y escapó con su cómplice.
La secuencia, que fue filmada por las cámaras de seguridad de la zona, tuvo cuatro protagonistas. El principal, quien amenazó a la familia, es un joven de 21 años que fue detenido ayer por la tarde en Villa Elvira, no muy lejos de la escena descrita.
Fuentes oficiales refirieron que “había sido liberado en julio pasado por la pandemia de coronavirus” y que es dueño de un denso prontuario con 57 causas penales. Su cómplice está prófugo.
UNA VIDA DELICTIVA
Lo que describen los voceros consultados por este diario sobre el presunto autor del asalto en Montoro debería llamar a la reflexión. No sólo por la impunidad con la que atacó. También por la profusa carrera delictiva que le adjudican y que comenzó -al menos con las visitas a la comisaría- cuando el sujeto tenía 16 años. “Es probable que haya salido a delinquir desde antes; eso no volvería mucho más grave la situación, apenas la acentuaría un poco”, dijo una fuente del caso.
En su “perfil” figura un dato importante: se trata de un “desocupado”.
Desde 2015 a la fecha, la Justicia le imputa casi 57 hechos ilícitos, casi uno por mes.
En el barrio lo conocen bien y algunos vecinos ayudaron a la Policía a identificarlo. Lo habían reconocido por medio del video de su último atraco, que circuló por varios medios y por las redes sociales. “Ayudó mucho la gente que nos pasó información importante y confió en el accionar policial”, destacó un investigador.
Así fue cómo determinaron que el joven se movía por 95 y 120. Y, con un nuevo aporte audiovisual, lograron identificarlo.
Ayer, pasadas las 14.30, policías del Gabinete Técnico Operativo de la comisaría decimosexta rodearon la cuadra donde sabían que iba a estar.
Allanaron el domicilio donde vive y lo hallaron en el lugar. Conforme indicaron los portavoces, intentó una leve resistencia que duró unos segundos: sus contrincantes eran muchos y estaban mejor preparados.
La UFI N° 11, que interviene en la causa, confeccionó un informe en el que se revela que el sospechoso había sido detenido el 11 de junio último -también por robo agravado- y puesto en libertad un mes después a través del decreto de “Emergencia Sanitaria” por el COVID-19.
Curiosamente, al momento de ser capturado por la Policía el imputado vestía el mismo pantalón y las mismas zapatillas utilizadas en el asalto más reciente.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE