En la calle y un local: siguen los robos en el centro de City Bell

El domingo por la noche quisieron entrar en un comercio donde ya robaron cuatro veces en menos de un año. En la misma cuadra, cuatro sujetos asaltaron con un cuchillo a dos mujeres

Edición Impresa

“La bronca que te da es que uno trabaja todo el día. Laburo desde las 9 de la mañana hasta las 9 de la noche; metido acá adentro, comiéndome un sánguche en una silla... no tenés vida y tampoco podés dormir tranquilo porque estás pensando que te van a entrar a robar”, se lamentó ayer por la tarde Daniel Cejas, encargado de un conocido bazar situado en el centro de City Bell. El ataque que sufrió en su local el domingo pasado es el cuarto en cuestión de meses. Y en cada uno se vio obligado a tomar nuevas medidas de seguridad para evitar el saqueo.

Su caso no es el único. El fin de semana del 9 de enero último se registraron cuatro escruches en una galería de la misma zona y en una heladería que funciona a una cuadra. El sector “está cada día peor”, sostienen los damnificados. La seguidilla de hechos delictivos le da la razón.

UN CUCHILLO Y UNA BARRETA

La noche comenzó con un asalto a punta de cuchillo en la cuadra de 13b, entre Cantilo y 473 bis. Cuatro delincuentes se abalanzaron contra dos chicas que caminaban por ahí. Desde esquinas enfrentadas, las fueron amenazando hasta que estuvieron encima de ellas. Con amenazas les sustrajeron las carteras y los celulares.

Una de las víctimas, denunciaron allegados, tenía una cámara de fotos Canon Rebel T6i.

Minutos más tarde, cerca de las 23.30, Daniel atendió el teléfono. La empresa de la alarma le dio la noticia de que el dispositivo había saltado. “Me cambié y vine enseguida. Me barretearon todos los blindex porque ya no pueden por las puertas. Una la tengo toda enrejada y en la otra hay cuatro cerraduras, porque este fue el cuarto intento”, le explicó ayer a EL DIA.

Cada uno de los paneles de vidrio tenía una muesca, indicio del ataque nocturno.

Para el comerciante “lo más lamentable es que llegué y no había nadie. La Policía vino a los 20 minutos”. El problema, según analizó el comerciante es la falta de patrulleros y recursos para hacerlos funcionar.

Cejas agregó que “vamos a tener que vivir sin policías, sin patrulleros, sin nada, solo con los chorros que hacen lo que quieren, cuando quieren donde quieren, y a la hora que quieren”, sostuvo.

CÁMARAS

El paso siguiente “es poner cámaras, pero tampoco te soluciona nada. A mí en toda la pandemia no me perdonaron un impuesto, uno paga y paga pero no podés dormir tranquilo. Te rompen algo y perdés el día de trabajo”, reclamó.

“La cuarentena casi me fundió y ahora estamos a la deriva a ver qué pasa”, culminó.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE