Video: un vecino de 69 y 23 activó la alarma barrial para evitar una entradera
Edición Impresa | 1 de Octubre de 2021 | 04:30

Un docente de 64 años parece marcado por la delincuencia. Por segunda vez en poco más de dos meses, sufrió un ataque delictivo. El 14 de julio último sufrió una entradera y ayer, estuvo cerca de padecer otra.
El hombre vive en 69 entre 22 y 23 y, sobre el final de la noche del miércoles, volvió a quedar cara cara con un grupo de motochorros.
A diferencia del caso anterior, el ataque no fue cuando salía en su auto de la vivienda, sino cuando regresaba a su domicilio a bordo de una Renault Sandero.
Roberto Rollié (64), el protagonista de esta nueva historia de inseguridad en la Ciudad, no se mostró dispuesto a volver a pasar por la misma pesadilla y tomó la riesgosa decisión de escapar de la entrada corriendo.
En la tarde de ayer, en diálogo con EL DIA, aceptó que esa actitud, intempestiva, bien pudo haberle costado graves consecuencias.
“En esos segundos de estar ante una situación así no pensé que, a lo mejor, por salir corriendo me podrían haber disparado. Actué por instinto”, admitió.
Y explicó que, en cambio, sí tuvo en claro que no quiso permitir repetir la amarga experiencia del asalto que padeció hace cerca de 3 meses, cuando ladrones le apuntaron con un arma y lo obligaron a ingresar a la casa con ellos. “Quizá por eso atiné a escapar sin razonar más nada”, agregó.
“LA ALARMA ME SALVÓ”
Rollié contó que a poco de empezar a correr “uno de los delincuentes me dio un empujón que me hizo caer al piso”. Como pudo, se reincorporó y recordó que tenía a mano el pulsador del sistema de la alarma vecinal del barrio.
No lo dudó y apretó el botón, que la puso en funcionamiento. Enseguida, el ensordecedor sonido de ese dispositivo convenció a los asaltantes de que les urgía alejarse del lugar.
“La verdad es que la alarma vecinal me salvó, porque si bien nadie de la cuadra salió a la calle para saber qué pasaba, al menos sirvió para que los asaltantes se fueran y sin robarme mas que el auto, que por suerte lo recuperé enseguida”, destacó.
Asimismo, Rollié comentó que “los delincuentes eran cuatro y llegaron en dos motos, con las que se fueron, además de mi auto”.
Su coche fue encontrado posteriormente por los efectivos policiales, que acudieron al llamado efectuado al 911.
“Estaba a la vuelta de casa, en 22 entre 69 y 70. Por suerte en buen estado, aunque lo dejaron atravesado en la calle y, estuvieron a punto de chocar a un auto que se encontraba estacionado”, reflejó.
La banda, de todas maneras, continuó la fuga en sus motos y logró eludir el despliegue que montó la Policía para intentar interceptarlos.
“APARECIERON DE GOLPE”
Durante el mano a mano con este diario, Rollié mencionó que al momento de regresar a su casa, a las 23.45 del miércoles, “volvía de visitar a mi madre”.
“Era tarde y en la cuadra no había nadie, como viene pasando a partir de las 9 de la noche”, señaló.
“Lo que desconozco es si me venían siguiendo desde hacía varias cuadras o si decidieron frenar la marcha cuando vieron que paré con el auto para entrar a casa”, refirió sobre el momento en que fue abordado por los delincuentes.
En contrapartida, dijo que “ni remotamente” imaginó que en tan poco tiempo iba a ser víctima de la inseguridad en dos ocasiones y ambas en el frente de su vivienda.
De este último ataque, le quedaron como saldo la fuerte tensión vivida y un fuerte golpe en su pierna izquierda.
“Es que cuando el ladrón me empujó, caía al suelo apoyando de ese costado. Y ahora me duele bastante”, reconoció el vecino.
Consultado sobre si piensa adoptar algún recaudo especial en lo sucesivo, para cuando deba salir o retornar a su finca, respondió que “tenemos la alarma vecinal, cámaras de seguridad (que filmaron el asalto, al igual que en julio pasado) y sólo me quedaría armarme. Pero es una locura hacerlo”.
Fue entonces cuando Rollié expuso cuáles son a su criterio los motivos que gravitan en la inseguridad que se vive en la Ciudad.
“Falta patrullaje y también esto pasa por una problema de falta de educación y de escasas posibilidades de trabajo. Esto lleva a la marginalidad que se ve principalmente en los alrededores de La Plata”, indicó.
HABLAN DE “ZONA LIBERADA”
A sólo 50 metros de la casa de Rollié, en la esquina de 22 y 69, un almacén ya contabiliza 36 robos. Esa situación, sumado a los dos asaltados sufridos por Rollié y por otros vecinos del barrio, impulsó a conjeturar a varios de ellos que “acá la zona está liberada”.
Vale recordar que en el asalto del 14 de julio, a Rollié le sustrajeron 30.000 pesos de su sueldo, 900 dólares y documentación.
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