Messi siendo Messi: asistencia y gol propio en la misma jugada
Edición Impresa | 11 de Octubre de 2021 | 02:42

Sobran las palabras. De hecho, ya sobraban incluso antes del encuentro de ayer ante Uruguay en el Monumental por la fecha pendiente de las eliminatorias sudamericanas.
Lo de Lionel Messi fue, es y será superlativo. Esa pierna izquierda, en un día normal, carga magia. Y en una jornada como la de ayer, enchufado, preciso y rápido, transpira talento por todos sus poros.
Ni siquiera las estadísticas y los récords le hacen justicia al rosarino, que llegó a los 80 goles con la Selección, transformándose en el único sudamericano en lograrlo; y además metiéndose en el top five histórico a nivel mundial, sólo superado por el portugués Cristiano Ronaldo (112), el iraní Alí Daei (109), el malasio Mokhtar Dahari (89) y el húngaro Ferenc Puskas (84).
De todas las formas y de todos los colores. Así llegan los goles del actual jugador del PSG, el mejor de su generación por escándalo, y a quien solo le queda un único objetivo a nivel profesional: levantar la Copa del Mundo.
Ayer fue la gran figura frente a Uruguay y se mostró muy metido desde el instante inicial.
Como armador ante un planteo conservador de Oscar Washington Tabárez, que lo esperó con un 5-4-1 jugando prácticamente en 25 metros e intentando aprovechar la contra, el rosarino se movió en el centro del ataque, absorbiendo marcas y habilitando en más de una oportunidad a sus compañeros. Y lo tuvieron todos. Giovani Lo Celso, en varias oportunidades. Rodrigo De Paul, de gran tarea. E Incluso Nicolás Tagliafico, sorprendiendo por la izquierda. Pero tenía que ser él y ante ese escenario, el encargado de generar la explosión de las 36.000 almas presentes en el Antonio Vespucio Liberti.
A los 37, Leandro Paredes cortó en el medio una salida de Uruguay y sirvió para el rosarino. Cabeza levantada, Messi estuvo atento a la diagonal de Nicolás González. Ante esto, el capitán de la Selección lo habilitó con la parte externa de su botín izquierdo, a tres dedos, con muchísima precisión. Y a la espera del hipotético toque del jugador de la Fiorentina, Fernando Muslera se quedó quieto y la pelota se perdió, abriéndose en el fondo de la red.
Emulando al Chavo del 8, “sin querer queriendo” (porque siempre tiene el arco entre ceja y ceja) Messi rompió con la estructura defensiva de Uruguay en uno de los goles más insólitos de su carrera. El mismo que intentó ser una perfecta asistencia y terminó siendo el grito número 80 en su romance con la Selección.
PUDIERON SER MÁS GOLES, Y TAMBIÉN ASISTENCIAS
Luego de un primer tiempo redondo, en el cual se sumó el grito de De Paul, otro de los grandes mimados por la hinchada, Messi estuvo cerca de conseguir el doblete.
Primero se vistió de armador nuevamente y limpió la jugada que terminó en el grito de Lautaro Martínez, a los 17 minutos del complemento. Y más tarde, con la Celeste en busca del descuento, encabezó una contra que terminó con un disparo de zurda bien colocado, que pasó muy cerca del palo derecho de Muslera.
Luego, dejó solo al ingresado Di María, que la intentó picar como en la definición en Brasil, pero se encontró con una gran reacción del arquero visitante.
El rosarino tuvo una más, ya cerca de los 40m., con un centro cruzado tras el que intentó gambetear para definir con su pierna apenas menos hábil. Pero en esa ganó Coates.
Y a los 44, la última, en la que salió vencedor el arquero argentino que milita en el fútbol turco.
“SALIÓ TODO PERFECTO”
Tras la gran victoria, Messi analizó un 3 a 0 que quedó algo corto por lo hecho en cancha. “Hicimos un gran partido. Estamos creciendo mucho en el juego a nivel posición”, dijo el capitán. “Teníamos que ganarlo y lo hicimos. Salió todo perfecto, por suerte”, agregó.
Por último, destacó a Emiliano Martínez, que tapó cuatro pelotas claves en el amanecer del cruce. “Es fundamental. Cuando le llegan, siempre responde. Se afianzó de manera impresionante desde la Copa. Tenemos uno de los mejores arqueros del mundo”, concluyó.
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