La Provincia cede la casa de Barreda a la Comuna

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El Ministerio de Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual de la Provincia, informó que la casa en la que vivió el múltiple femicida Ricardo Barreda junto a sus víctimas y familiares será cedida a la Municipalidad de La Plata.

En 1992, en esa propiedad situada en 48 entre 11 y 12, el odontólogo que murió el año pasado, asesinó a tiros a sus hijas, su esposa y su suegra.

El destino de la casa de dos plantas había quedado trabado tras disponerse la expropiación, por una ley Provincial, en 2013. Eso, con la finalidad de crear allí un centro de asistencia y prevención de violencia de género.

Como en aquellos días, en estas horas apareció un reclamo de derechos vinculado con la familia propietaria de la vivienda. Fernando Garavano, quien se presentó ayer como familiar de quien fuera esposa de Barreda, señaló que se avanza antes de que la Justicia resuelva la declaratoria de herederos. “Estamos totalmente de acuerdo en que se ceda la casa en favor de la lucha contra la violencia de género”, dijo. Sin embargo, consideró que el estado provincial actúa por fuera del marco legal. “Es ilegal porque todavía no hay una declaratoria de herederos. Por más que haya una apropiación autorizada, deben esperar esta declaratoria”, remarca Garavano.

“Los trámites en este caso son muy complejos, pero vamos a debatir para que se cumpla con el objetivo planteado. Le entregaremos la casa al municipio”, anunció ayer la ministra Díaz.

La Justicia hizo un avance en la causa durante finales del año pasado, citando a quienes se presentaron como herederos naturales.

El cuádruple femicida, uno de los principales protagonistas de la historia criminal argentina, murió el 25 de mayo del año pasado a los 83 años a raíz de un paro cardíaco en un geriátrico del partido de San Martín. Allí vivió sus últimos meses, con problemas de próstata y afectado por el mal de Alzheimer.

El 15 de noviembre de 1992 mató a escopetazos a su esposa Gladys Mac Donald (57), su suegra Elena Arreche (86) y a sus hijas Cecilia (26) y Adriana (24). Primero negó la acusación e intentó hacer pasar el hecho como un robo a su casa. Finalmente confesó y en 1995 fue condenado a reclusión perpetua.

 

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