Una protesta contra la agresión verbal, física y los escraches en redes sociales

Después del ataque en Morón, el Colegio de Veterinarios de la Provincia de Buenos Aires emitió un comunicado para repudiar “enérgicamente la agresión sufrida por el colega Claudio Burgarella quien debió ser hospitalizado de manera urgente”.

Explicaron que la institución “se comunicó con familiares y con el damnificado poniéndose a su disposición” y confirmó su respaldo a las acciones de repudio que impulsaron algunos sectores que nuclean a esos profesionales, que incluían el “cese de la atención profesional; colocación de afiche de Basta de Violencia y marchas”, entre otras medidas.

El reclamo fue contra “las diferentes formas de violencia y agresión que sufren tanto nuestra profesión como el personal de Salud y otras”, con el propósito de “convocar a toda la ciudadanía a meditar sobre los actos de violencia e intolerancia que todos los ciudadanos venimos sufriendo, poder visibilizarlo y hacerlo extensivo a todas las autoridades”.

Por último, se declararon “convencidos de que la tarea de construir una sociedad mejor requiere del esfuerzo de todos, de la solidaridad, de la unión y la tolerancia”.

“La mujer me dio una cachetada y me rompió los anteojos. El hombre que la acompañaba me pegó hasta mandarme al hospital. Tengo muy afectada toda la parte izquierda de mi cara y perdí la sensibilidad”, detalló la víctima del ataque, Claudio Burgarella, en una entrevista con Noti Trece.

Durante la jornada de reflexión del último miércoles, más de 400 veterinarias de la provincia de Buenos Aires cerraron sus puertas por las agresiones que reciben constantemente de parte de clientes disconformes con lo que les pasa a sus mascotas. Según refirieron, la violencia es cada vez más frecuente.

“Primero comienza con la violencia verbal, el maltrato de ‘no me quisiste atender’, o ‘me mataste al perro’”, aseguró un profesional, sin pasar por alto que no son pocos los que deciden no pagar o directamente escrachar al veterinario en las redes sociales. “Han llegado a amenazar a las familias de algunos colegas”, denunciaron.