Cada vez menos fiestas populares eligen a su reina
Edición Impresa | 1 de Noviembre de 2021 | 03:09

Las tracionales coronaciones de reinas y los concursos de belleza con las que llegaron a culminar más de 300 fiestas nacionales y otras tantas provinciales parecen ir camino a su extinción. En los últimos años unas 70 ciudades y carnavales de todo el país han resuelto ya eliminarlos por la creciente conciencia de la violencia simbólica que implican contra la mujer.
A partir de la entrada en rigor de la Ley 26.485, que establece a la violencia simbólica como un tipo de agresión contra la mujer, “era una contradicción que el Estado convocara a cosificar y elegir como si fuese un adorno a una mujer en una fiesta popular, bajo patrones claramente sexistas”, cuenta Verónica Bajo, integrante de Acciones Feministas, una de las organizaciones pioneras en plantear este reclamo en el país.
El problema radica en que, a través de ciertos criterios de selección como la altura, el peso, el color de ojos, tez y pelo, la soltería y la edad, se envía “un mensaje a todas las mujeres”, estableciendo determinados estereotipos que ponen a muchas en “verdaderas situaciones de riesgo” por “desórdenes alimentarios, explica por su parte Perla Prigoshin, la directora de la Comisión Nacional Coordinadora de Acciones para la Elaboración de Sanciones de Violencia de Género del Ministerio de Justicia.
Con este trasfondo en 2014, la ciudad de Chivilcoy fue la primera en “dejar el reinado” y 2016 se le sumó Bahía Blanca. Actualmente son 74 las localidades que eliminaron estos certámenes o los reemplazaron por otras actividades. Buenos Aires y Río Negro son las provincias con más ciudades adheridas, con 17 y 11 respectivamente, según los datos de la Consavig.
En el conteo no están consideradas sin embargo las ciudades que sólo cambiaron el nombre de “reina” por “embajadora” sin modificar las características evaluadas, ya que en definitiva a lo que se apunta es a la “erradicación de los concursos de belleza”.
Los argumentos de quienes están en contra de esta tendencia apuntan a que “siempre fue así” y que ayuda a fomentar el turismo, “como si lo único que pudiese promover el turismo de un pueblo fueran los cuerpos de las mujeres”, cuestiona Prigoshin, para quien no se trata de “dejar la tradición ni el turismo, sino dejar de cosificar mujeres”.
Asi lo sostiene también la directora nacional de Fiestas Nacionales y Eventos, Fernanda Rodríguez, quien señala que “de ninguna manera afecta o afectará los objetivos turísticos y/o económicos de los festejos; todo lo contrario, los nutre haciéndolos cada vez más participativos e igualitarios”.
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