Fin de semana de delitos: escruches en 10 y 74 y en 119 y 66

Con casi diez horas de diferencia, dos viviendas separadas entre sí por más de 20 cuadras sufrieron robos similares. Bronca y reclamos de las víctimas y los vecinos

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Lo que se perfilaba como un fin de semana largo tranquilo, ideal para descansar y recargar energías de cara a lo que queda del año, terminó convirtiéndose en un verdadero dolor de cabeza para dos familias que pasaron a engrosar la larga lista de víctimas de escruches en la Región.

No se sabe si en alguno de los episodios hubo “tareas de inteligencia” previa con vigilancia de los movimientos de las víctimas, o si, por el contrario, los ladrones actuaron al voleo especulando con la posibilidad de que los moradores pudieran haberse “escapado” a algún destino turístico. Lo cierto es que en ambos casos, los sujetos se aventuraron a ingresar a las propiedades y revisaron a sus anchas cada lugar de la casa en busca de objetos de valor.

En orden cronológico, el primer atraco fue perpetrado ayer, alrededor de la 1 de la madrugada. Una pareja, que se ausentó de su casa -situada en 10 entre 73 y 74- para disfrutar de una cena, terminó el día de la peor manera. La sensación de amargura que les produjo encontrarse con toda su casa revuelta terminó por sepultar los aromas y sabores que habían experimentado en su salida gastronómica.

Según indicaron fuentes policiales, la pareja fue contactada por su vecino que alcanzó a ver una serie de movimientos raros en el domicilio. Es que momentos antes había visto al matrimonio abandonar su casa, y por eso le pareció raro que hubiese ruidos y que las luces estuvieran encendidas.

Rápidamente, el dueño de casa se hizo presente en el lugar y al ingresar se encontró con signos inequívocos de que su casa había sido vulnerada: el portón abierto de par en par, una puerta rota, la reja doblada, las luces encendidas y un desorden mayúsculo. Masticando bronca y decepción, el hombre se puso a revisar su casa para determinar qué elementos se habían llevado. Fue en ese rápido inventario que hizo junto a su esposa que detectó tres faltantes: un generador eléctrico, una cadenita de oro y aros del mismo material.

La misma suerte tuvo una familia del barrio El Mondongo, que ayer sufrió otro escruche en su domicilio, del que robaron “una gran cantidad de dinero” y un celular, luego de dar vuelta todo el inmueble. El episodio tuvo lugar en 119 entre 66 y 67. En diálogo con EL DIA, la damnificada relató que salió de su casa con rumbo a Punta Lara y que, transcurrida una hora, comenzó a recibir una serie de mensajes que le alertaban que había sido víctima de un robo.

“Salí a llevar a mi mamá a la casa de una amiga a Punta Lara a las 10:35. Por el informe policial, supe que ingresaron a las 11:05, porque a esa hora se activó la alarma. La puerta principal la barretearon. La alarma sonó, y la policía intentó contactarnos, pero en ese momento estábamos en Punta Lara y no teníamos señal. Recién cuando veníamos por el camino nos empezaron a llegar los mensajes”, detalló al tiempo que precisó que un vecino vio salir a los malvivientes a eso de las 11.35.

Según remarcó la vecina, 15 minutos después de que se activara la alarma un patrullero llegó hasta el lugar y comenzó a llamarla, pero al no poder contactarla se retiraron. Por ese motivo, la damnificada está convencida de que mientras los efectivos “se encontraban en la entrada, los ladrones estaban dando vuelta su casa”, sostuvo.

“La policía dice que vino hasta la casa porque la alarma le dio el aviso. Pero como no vieron nada raro, ya que para ese entonces la alarma había dejado de sonar debido a que los ladrones rompieron la bocina, se fueron. Nunca se percataron que la puerta estaba abierta y que estaba astillada”, indicó.

Este episodio despertó el miedo y malestar entre los vecinos del barrio. Un vecino, cansado de este tipo de hechos se preguntó “¿cuánto más habrá que seguir aguantando?”.

 

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