La extraña muerte de un mecánico y las sospechas de un crimen horrendo

Apareció tirado dentro de la fosa de su taller de Camino Belgrano entre 525 y 526. Encima del cuerpo tenía algunas baterías y hasta un block de motor. No descartan un asesinato

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Respuestas. Eso es lo que buscaban anoche funcionarios judiciales y policiales en torno a la muerte de un mecánico en su taller de Camino General Belgrano entre 525 y 526. La forma en que hallaron a la víctima, dentro de una fosa y con varias baterías de auto tiradas encima del cuerpo, también un block de motor, hacían sospechar lo peor.

El hombre se llamaba Alejandro Fernández. Según algunas versiones, también sería capitán de Policía con funciones en la comisaría de Ringuelet.

Las voces que escuchó este diario en la escena de los hechos, daban cuenta de una persona muy querida en el barrio.

En medio de la angustia de la gente, el comercio -“Alef”-, dedicado a l rubro automotor, se veía precintado y con un montón de efectivos que iban y venían. Incluso los de la División Científica, que lucían esos trajes especiales de color blanco, para no contaminar nada del lugar donde se registró ¿el ataque?

La fiscal Cecilia Corfield, de cerca, monitoreaba el trabajo y daba distintas directivas.

Una camioneta con la tapa del motor levantada en la puerta y un auto dentro del taller, le daban contexto al caso.

Lo que ocurrió, ocurrió cuando Fernández aún estaba en plena actividad laboral.

En el frente del negocio hay cámaras de seguridad, lo que presupone un elemento importante para poder determinar quiénes estuvieron con él y si tienen relación con lo sucedido.

En medio de un fuerte hermetismo, un investigador soltó “estamos encaminados”.

Si bien nadie habló de “homicidio”, la dimensión del operativo, la cantidad de ambulancias y equipos de rescate que se acercaron a ese sector de la localidad de Tolosa, más los patrulleros y la enorme cantidad de oficiales, daban indicios concretos de que se trató de una muerte violenta y posiblemente por acción de un tercero.

La hipótesis del accidente nadie la descarta, tanto que la carátula del hecho, al menos hasta el cierre de esta edición, era “averiguación de causales de muerte”.

Pudo tropezar, tratar de agarrarse del block de motor, que seguramente colgaba de una extensa cadena, y caer dentro de la fosa junto a varias baterías? Si, pero hay dudas.

Por eso la pista del crimen parecía robustecerse con el correr de las horas.

Claro que los análisis periciales y el informe forense, podrán acercar mayores elementos de convicción y prueba.

Fernández, como se dijo, era muy conocido en Tolosa.

Las imágenes de dolor, los abrazos y el llanto que brotaba de repente, se veía alrededor de la cinta de peligro, que impedían acercarse al taller.

Cerca de las 23, el movimiento policial comenzó a bajar su frenesí y el barrio así recuperaba el ritmo normal de cualquier día de semana.

Obvio que con la conmoción a cuestas de un episodio que causó un verdadero shock y permanecerá por un buen tiempo en el imaginario colectivo.

SOLIDARIO

Según una versión, de la que muchos vecinos dieron crédito, en la trágica inundación del 2 de abril de 2013 el mecánico cumplió una enorme labor social.

A bordo de su gomón “Guajiro”, Fernández pasó más de diez horas recorriendo las calles de la localidad para sacar a sus vecinos que pedían ayuda y se mostraban literalmente con el agua al cuello.

Cabe recordar que en algunos sectores de Tolosa, la inundación mostró niveles mayores al metro de altura y se convirtió en una verdadera trampa mortal.

Por ahora, el caso quedó caratulado como “averiguación de causales de muerte”.

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