Rompen y no pagan: en City Bell, para robar, destruyen

El Centro Comercial de la zona busca mayor protección frente a una ola de vandalismo y delincuencia que parece un fenómeno de todos los días. Vidrieras destrozadas

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El vandalismo se adueñó no sólo de los edificios públicos, las propiedades privadas, los monumentos y las persianas de los centros comerciales del casco céntrico platense; también es un dolor de cabeza en el sector de locales de Cantilo y las calles que la rodean, en City Bell. Según vienen denunciando los propietarios de los comercios de la zona, vidrieras rotas por piedrazos es una acción de casi todos los días a la que le sigue el robo de alguna mercadería. “Suele costar más reponer el cristal que destruyen que lo que se llevan”, se asegura. Tampoco en esas cuadras zafan de los grafitis que dejan pintarrajeadas las cortinas metálicas.

Por la seguidilla de episodios donde se combinan actos vandálicos con hechos delictivos, integrantes del Centro Comercial de City Bell se reunieron días atrás con autoridades del ministerio de Seguridad. El encuentro giró en torno a los daños que sufren los locales, por lo general con intenciones de robo, la mayoría de las veces durante las madrugadas. “Nos aseguraron que iban a controlar con patrullas nocturnas, pero creemos que no va a alcanzar, porque la verdad es que quienes cometen estas acciones son menores, muchos de ellos están hasta identificados, pero judicialmente no se hace nada”, señaló el gerente comercial de la institución citybelense, Martín Bizet.

Casi no hay fin de semana que algún propietario de negocios de esa zona (extensa, porque alcanza unas 20 manzanas) no reciban el alerta de sus colegas o vecinos de la zona porque su local fue objetivo de un robo y por esa razón le destruyeron el vidrio de la entrada. A ese accionar se le agrega la falta de algunos productos que sustraen. “Todo arranca con vandalismo, y después entran y se llevan dos cosas. Es mucho más costoso el daño del cristal que lo roban. Y después estamos treinta días con una puerta de madera hasta que reponemos la vidriera”, puntualizó Bizet.

El Centro Comercial de City Bell, muy extendido en los últimos años, abarca desde el inicio de la calle Cantilo (a la altura de la Estación de Trenes) hasta una cuadra más después de la plaza Belgrano, una cuadra hacia La Plata, otra hacia la capital federal, y todas las laterales de esa zona. Son, según estiman en la entidad, unos 600 locales nada más que en ese microcentro. Incluye todo tipo de rubros, desde casas de indumentaria hasta una gran variedad de negocios dedicados a la gastronomía.

Como ocurre en otros centros comerciales de la Región, casi todo está vandalizado, es decir, roto o pintado por manos anónimas.

Un daño imparable

El vandalismo se ubica desde hace tiempo en la categoría de los males crónicos de la Ciudad, pues nada frena esos raids nocturnos que no perdonan ningún espacio público del centro platense y que genera pintadas y otros daños en las fachadas de cualquier edificio de alto o vivienda de planta baja, en las zonas comerciales, en el patrimonio escultórico y también en el equipamiento urbano, todo arruinado por un accionar cada vez más violento.

Todo en el paisaje urbano está intervenido por los aerosoles o destruido. Además de los edificios públicos y los frentes particulares no hay pieza del mobiliario urbano que dure más que unos pocos días sin dañar. Eso se advierte en los gabinetes de energía eléctrica y gas, las columnas de luminarias, los postes de semáforos, las garitas de los colectivos, los bancos de plazas y parques, los contenedores, los cestos de residuos de la vía pública y hasta algunos sectores del pavimento.

Otro ejemplo de vandalismo con sello platense es el que protagonizan los fanáticos de los equipos de fútbol de la Ciudad, que colonizan paredes, columnas de alumbrado, persianas de los comercios y hasta los troncos del arbolado público con los colores de la parcialidad a la que pertenecen.

 

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