Ojos que no ven …

Edición Impresa

Por IRENE BIANCHI

irenebeatrizbianchi@hotmail.com / @IRENEBIANCHI

- Las voy a matar, chicas. Esto no se los perdono.

- ¡Qué espíritu navideño, Celia! ¿Qué bicho te picó?

- Ningún bicho. No sé por qué les hice caso.

- ¿Podrías ser un poco más precisa, amiga? No sabemos qué nos estás reprochando.

- A ver, ¿es o no es verdad que me insistieron que me operara?

- ¿De las lolas? ¡Pero eso fue hace mucho, cuando todavía estábamos en edad de merecer.

- Tampoco me refiero a eso.

- ¿Entonces?

- ¿Acaso no se acuerdan cuando fuimos a Las Toninas en mi auto, y me criticaron a morir por mi manejo.

- ¿Cómo olvidarlo? Si casi nos estrolamos varias veces por tu chicatez.

- Y tuvieron el tupé de sacarme un turno con el oculista sin consultarme.

- Por tu propio bien, Celia. Y por el nuestro, para futuras escapadas.

- Bueno, pero resulta que me descubrieron cataratas más grandes que las del Iguazú, y me operé.

- ¿Qué buena noticia, nena! ¿Ahora ves mejor?

- ¡Todo veo! ¡Todo! Con una nitidez despiadada. Me miré al espejo y me caí de culo.

- ¿Por?

- Yo antes me veía lisita, con un cutis de bebé, tersa, lozana. Ahora me miro y parezco un papiro. El espejo me devolvió la imagen de mi vieja, cuando ya estaba vieja. Un shock.

- Y a nosotras, ¿cómo nos ves?

- Si prefieren, les miento.

- Sí, mejor. Ahorrános el disgusto. Como canta el Nano: nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio.

- ¿Saben qué creo? Que antes de salir de la operación de los ojos, habría que aprovechar la anestesia y el quirófano, para que un cirujano plástico nos estire. Una promoción “dos por uno”. Salís con buena vista y hecha una pendex.

- No es mala idea. Hasta una lipo te pueden hacer. Chapa y pintura.

- Cuando dijiste que te caíste de culo al verte, Celia, me acordé de una cosa referida al voto de nuestros diputados y senadores, chicas.

- ¿Qué tiene que ver?

- Que yo siempre decía que votaban como el culo, pero me equivoqué de preposición. No es “como” sino “con”.

- “Como” no es una preposición. Disculpáme. Es un adverbio.

- ¡Ay, bueno! Sabelotodo. No viene al caso tu observación gramatical.

- A ver, explicáte, Chuchi.

- El otro día miraba una sesión en Diputados, y Massite le pidió a uno de ellos que se pusiera de pie y se volviera a sentar, porque su voto no quedaba registrado.

- ¿Y el tipo qué hizo?

- Se paró y volvió a apoyar el trasero en su banca. Ahí sí se prendió la lucecita. O sea …

- Que votan con el culo. Tenés razón. Literalmente. ¡Qué plato, che!

- ¡Se armó un conventillo en el recinto que ni les cuento. Es más entretenido que mirar a los Simpson.

- Che, ¿ligaron algo? ¿Cómo se portó Papá Noel?

- Ni preguntes. Yo todavía no sé quién fue el o la sátrapa de “mi amigo invisible” que me regaló una longaniza, ¿pueden creer?

- Muy fálico. Erótico el obsequio. ¿Será una indirecta?

- Lo dejo a tu criterio. ¡Chin, chin!

 

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