El día que cambió el ajedrez: a 25 años del triunfo de una máquina sobre Kaspárov
Edición Impresa | 11 de Febrero de 2021 | 03:30

En la ciudad estadounidense de Filadelfia, un 10 de febrero de 1996, el campeón mundial de ajedrez Garri Kaspárov perdió la primera de las seis partidas de un duelo con la supercomputadora IBM Deep Blue, capaz de evaluar 100 millones de jugadas por segundo. Si bien Kaspárov terminaría ganando el duelo al vencer en tres partidas y empatar otras dos, esa primera derrota anticipó el avance de las máquinas y de la inteligencia artificial que ya iluminaba el ocaso del siglo XX. En 1997, de hecho, la supercomputadora se tomó revancha en “el más espectacular duelo de ajedrez de la historia”, al vencer en dos partidas, empatar tres y perder una ante el jugador ruso.
La partida de 1996 marcó así un hito no sólo en la historia del deporte sino en la relación de las máquinas con el hombre. La historia de Deep Blue comenzó en 1985, cuando Feng-hsiung Hsu, entonces un estudiante graduado de Carnegie Mellon, comenzó a trabajar en su proyecto de tesis: ChipTest, una máquina de jugar al ajedrez.
La versión final de la máquina constaba de dos torres de 2 metros de altura, más de 500 procesadores y 216 chips aceleradores diseñados para el ajedrez informático, según un artículo que Hsu escribió sobre Deep Blue para la revista Artificial Intelligence.
EL DUELO
Pocas figuras son tan mundialmente conocidas como el excampeón mundial de ajedrez Garri Kaspárov. Dentro de su historia, uno de los pasajes más comentados fue su osadía de enfrentarse a una máquina.
En aquel tiempo, las personas se creían tan invencibles y superiores que no concebían que una simple computadora fuera capaz de vencer a un campeón mundial de ajedrez. Pero esta computadora no era tan simple ni las personas tan superiores.
Deep Blue fue uno de los primeros prototipos de supercomputadoras que se inventaron. Con la ayuda de programadores e ingenieros informáticos, así como de jugadores de ajedrez que asesoraron sobre estrategias y movimientos, IBM había desarrollado esta máquina para evaluar unas 100 millones de jugadas por segundo.
Fue en el Centro de Convenciones de Filadelfia donde Kaspárov jugó este primer match, como se denomina en el argot del ajedrez, contra Deep Blue. El ajedrecista internacional, de 32 años entonces, se sentó frente a un técnico de IBM que movía las piezas siguiendo las órdenes de la supercomputadora -ubicada a kilómetros de distancia-, convencido de su imbatibilidad. 37 movimientos después se dio cuenta de que se equivocaba.
El orgullo del genio ruso se vio herido y se lo tomó muy en serio, dándose cuenta de que la batalla no sería pan comido. Ganó el segundo match arrancando con la conocida “Apertura Catalana”. Se produjeron después dos tablas consecutivas y, por último, dos victorias de Kaspárov. El humano ganó, derrotando finalmente a Deep Blue por 4-2 tras el primer y amargo match. El encuentro concluyó el 17 de febrero de 1996. Kaspárov recibió un premio de 400 mil dólares por su victoria sobre la máquina pero, a partir de ahí, ya nada volvería a ser igual.
LA REVANCHA
Una nueva versión, llamada Deeper Blue -azul más oscuro- jugó de nuevo contra Kaspárov en mayo de 1997, ganando el encuentro a 6 partidas por 3½-2½, lo que lo convirtió en la primera computadora en derrotar a un campeón del mundo vigente en un encuentro con ritmo de juego de torneo estándar. Esta nueva supercomputadora era capaz de calcular 200 millones de posiciones por segundo, dos veces más rápido que la versión de 1996.
25 años después de aquella primera demostración de fuerza, ya no quedan dudas de que los humanos somos incapaces de tumbar a la Inteligencia Artificial.
El desafío de Garri Kaspárov a una máquina fue considerado una verdadera osadía
Según IBM, el desarrollo de Deep Blue inspiró a los investigadores a crear supercomputadoras que pudieran abordar otros problemas complejos, como la evaluación de las tendencias del mercado y el análisis de riesgos en las finanzas; datos de minería; y analizar la dinámica molecular, lo que ayudó a los investigadores médicos a desarrollar nuevos fármacos.
Deep Blue está en exhibición en la Institución Smithsonian, en Washington, DC, aunque el museo actualmente está cerrado debido a la pandemia de COVID-19.
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