Eleonora Wexler: “Después de la pandemia va a ser muy difícil remontar esto”

Convocada por el Teatro San Martín, su “segunda casa”, en el marco de los homenajes por los 60 años del complejo, la actriz, que fue parte de “La Valla”, la serie que adelantó la pandemia, habla con EL DIA de la vuelta a las salas, la crisis y el arte de componer villanos

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Eleonora Wexler es uno de los rostros más conocidos de la televisión, gracias a emblemáticos papeles desde su villana en “Valientes” a su protagónico en “ADDA”, una de las últimas ficciones argentinas. Con apenas 10 años ya estaba en la pantalla chica, iniciando una carrera que estallaría con su trabajo en la recordada tira juvenil “La Banda del Golden Rocket”. Pero también es una de las actrices más ligadas al escenario del prestigioso Teatro San Martín, con una extensa trayectoria sobre tablas, dos premios ACE e interpretaciones de obras de Shakespeare, Lope de Vega, Shaw.

Wexler fue incluso parte de la reinaguración del teatro, en 2017, con “Umbrío”, “un lujazo”, según recuerda, con la voz llena de alegría, en diálogo con EL DIA. Esa fue su última vez en el teatro, hasta el año pasado, cuando el complejo porteño la convocó, en plena pandemia, para ser parte de los festejos de los 60 años del San Martín: ayer se estrenó de forma virtual en la plataforma del teatro “Ecos”, obra de Emiliano Dionisi que recorre las diferentes partes del teatro, los escenarios, vestuario, maquillaje, las oficinas, siguiendo a un personaje, Lucía, que abre las puertas del complejo y del otro lado encuentra diferentes personajes que fueron emblemáticos del teatro.

Esos personajes son interpretados por artistas que frecuentan las tablas del teatro, como Paola Barrientos, Roberto Carnaghi, Leonor Manso y Luis Machín: entre ellos, Wexler aparece vestida de época, interpretando el monólogo de Olga en “Las Tres Hermanas”.

“El San Martín es una segunda casa. Siempre que llego al teatro me siento en mi casa. Por eso, siempre a la hora de pensar conmpromisos es una prioridad volver al San Martín”

 

- ¿Qué se siente ser parte del homenaje a un teatro que querés tanto?

- Me emociona haber sido parte de los festejos por los 60 años. El San Martín es una segunda casa. Siempre que llego al teatro me siento en mi casa, conozco a la gente, a los técnicos, conozco los diferentes teatros del complejo... Trabajé mucho, con repertorios muy diferentes, y es un espacio que quiero mucho. Por eso, siempre a la hora de pensar compromisos es una prioridad volver al San Martín.

- “Ecos” fue la obra que te permitió volver a actuar, hacer teatro tras el freno por la pandemia. ¿Como fue ese reencuentro con la actuación, con otros actores, con la energía del teatro?

- Después de un año de pandemia, volví a preparar un monólogo. Estudié, hice cursos de inglés, pero durante ese tiempo, de actuar, nada: así que me latía el corazón a veinte mil. Era la felicidad de volver a expresarme.

EL REENCUENTRO CON EL PÚBLICO

“Ecos”, el homenaje al San Martín, se filmó en noviembre del año pasado. Hasta entonces, según cuenta Wexler, “de teatro, nada”. De hecho, tuvo que esperar hasta este mes para reencontrarse con el público: Wexler fue parte de “Algo podría salir mal”, la propuesta mixta (es decir, virtual y presencial) que Hernán Casciari organizó en Timbre 4.

“Es una obra que juega con lo inesperado. Está Casciari, de repente toma una tarjeta y dice ‘hoy toca este cuento’. Se arma el decorado en cuatro minutos y yo me preparo para hacer ese cuento que me toca hacer: un cuento muy alucinante, que habla un poco de la soledad, donde desapareció el continente africano, pero a mi personaje lo único que le importa es que Soledad no le respondió más. Ella cuenta la crónica de la desaparición del continente, comparándolo con la desaparición de Soledad”, explica la dinámica Wexler.

Ese es uno de tres relatos que pueden salir en las cartas: en otro está Osqui Guzmán, y Wexler y Mercedes Funes participan como marionetas; y un tercer espectáculo está a cargo de Funes en solitario. La obra se presenta los lunes, con distintos invitados, y tendrá dos funciones más en marzo: Wexler regresará el 27 de marzo al show.

- ¿Como fue volver a encontrarse con el público, con los aplausos?

- Fue un flash. Reencontrarme con la respiración del público, con la energía, con el aplauso... fui muy feliz.

- ¿Y como fue tu pandemia? ¿Cómo hiciste, sin poder actuar, para soportarlo?

- Bueno... hay que estar muy equilibrado. Estudié inglés, hice un curso de Shakespeare, yoga, gimnasia, tenía una especie de rutina, y eso creo que me salvó. Me reencontré con mi casa, mis espacios. Mi casa me gusta, aproveché para cambiar las cosas de lugar, y el clima acompañó, así que pasé bastante tiempo afuera, con mis perros... Fue difícil, pero lo pasé. Lo pasé lo mejor que pude.

“El mundo es un desastre. Al principio, todos creíamos el cuentito de que íbamos a mejorar. Después nos encontramos con la realidad”

 

- Vos has trabajado mucho en tele, donde la crisis ya preexistía la pandemia, y los teatros están intentando recuperarse, pero están en jaque. ¿Como ves el futuro para los actores?

- Va a ser muy difícil remontar esto. Creo que recuperarnos nos va a costar mucho. A todos. Hablaba con amigos españoles, y me comentaban que hay un desempleo enorme. En el primer mundo, imaginate acá... Hay ganas, ideas. Pero hay poca plata. Tengo varios proyectos, cosas de teatro, de series, de cine (la pandemia interrumpió el rodaje de “Los hermanos Vega”, que, adelanta, podría terminarse en una especie de burbuja en Montevideo este año), por suerte, pero sin pensar en lo económico, buscando hacer algo que me guste... Y viendo cómo se arma el rompecabezas, porque todo cambia día a día. Ya antes había incertidumbre en nuestro trabajo, imaginate ahora, todo se exacerbó: van cambiando las fechas, y uno cae con COVID... Hay que tener mucha paciencia.

LA SERIE QUE ANTICIPÓ LA PANDEMIA

La pandemia ha planteado escenarios complejos para el arte y el mundo, escenarios que, una vez más, superaron la ficción. O al menos algunas ficciones, porque después hay series como “La Valla” que parecen haber sido escritas por viajantes en el tiempo.

“Nunca nos hubiéramos imaginado con mis compañeros que algo así fuera a suceder, que fuera tan parecido a la realidad”, se ríe Wexler, que interpreta en la una de las series sensación de 2020 a Alma López-Durán, la villana, una mujer que busca la cura para un virus pero que no tiene demasiados escrúpulos para conseguirlo.

La premisa es la siguiente: en 2045, un virus asola al mundo y la escasez de recursos naturales ha convertido a las democracias occidentales en regímenes dictatoriales que justifican la falta de libertades con la promesa de asegurar la supervivencia de los ciudadanos; en España, la capital ha quedado dividida en dos regiones férreamente cerradas: el Sector 1 (el del gobierno y los privilegiados) y el Sector 2 (el resto). ¿Algo de todo esto suena familiar?

Para la intérprete de series emblemáticas como “El Garante”, “La Valla” “fue un crecimiento enorme como actriz”, la serie le permitió trabajar en un proyecto internacional, de gran presupuesto y que se ve en todo el mundo a través de Netflix. Y en su mejor rol, nada menos: como la mala de la película (o una de las malas, al menos).

- En La Valla te toca interpretar a Alma, un personaje tremendo. Tenés experiencia en esto de hacer la villana, ¿por qué crées que te han elegido tanto para ese rol?

- Bueno, es una villana bastante particular. Ella está buscando la cura para el mundo... y bueno, es un poco inespreculosa. Pero ella quiere salvar a la humanidad. Así que tiene mucha oscuridad, pero también tiene sus luces, su amor. Es un personaje complejo, interesante para interpretar, no sé si una villana. Pero es cierto que no me llaman mucho para los personajes más... “Heidi”, digamos. Y eso... ¡hay que preguntarle a los productores por qué!

- ¿Te gusta hacer más de buena o de mala?

- ¡Me encanta hacer de mala! Obvio. Toda la vida. Es otro juego. En realidad, me gusta hacer personajes más complejos, que no sean de un costado ni de otro, que sean más grises. Y viene mucho eso: ya no hay tanto malo-malo, ese malo de telenovela de antes... Hoy se escribe de otra manera. Pero, claro, en algunos personajes hay más oscuridad que luces. Y a mi me tocan bastante oscuritos (risas).

- ¿Cómo se construye un buen villano? Parece como un acto de equilibrismo, porque hay que ser malos pero no hay que pasarse a la caricatura…

- Es que la caricatura se aleja mucho de la realidad. El villano tiene que generar empatía: el espectador tiene que entender al personaje en una parte, quizás no compartir otras partes, pero algo tiene que ser real. Si no es de carne y hueso, deja de ser interesante lo que uno va a contar.

- A lo largo de tu carrera, varias de tus villanas causaron sensación... Y me imagino que por algunas de las acciones de tus villanas te han frenado en la calle para decirte cosas, como por Juana de Valientes...

- No, no, lo que recibo siempre es lindo, hermoso. Mis personajes se recuerdan un montón, porque siempre se recuerdan más los villanos que los héroes, pero siempre recibo cosas lindas.

“Me encanta hacer de mala. Obvio. Toda la vida. Es otro juego. Y me gusta hacer personajes más complejos, que no sean de un lado ni de otro”

 

- “La Valla” muestra cómo la humanidad, ante las crisis, puede sacar lo peor de sí. Nos pasamos el 2020 diciendo que la pandemia nos haría mejores, pero se están viendo cosas parecidas a lo que ocurre en la serie, el endurecimiento de las restricciones, el avance de las ultraderechas, los países poderosos que acumulan vacunas… ¿Como ves el mundo hoy?

- ¡Un desastre! En un principio, creo que todos creíamos lo mismo... y nos empezó a pasar es que nos encontramos con una realidad: cada uno tiene que hacer un trabajo interior. Mientras tanto, el mundo sigue siendo lo que era. O peor. Algunos quizás tomamos conciencia de lo que hemos destrozado al planeta, y algunos revimos qué parte nos toca, pudimos profundizar... pero en cuanto al mundo, al poder, al capitalismo, quizás al principio me creí el cuentito de que el mundo iba a ser mejor, y no. Pero tampoco me lo creí demasiado...

- “La Valla” causó sensación. Y la gente quiere más, hay más historias para contar en ese universo. ¿Habrá segunda temporada?

- No... por ahora no. El otro día me enteré que estaban desmontando los decorados, así que no lo creo. Empezó y terminó con esos 13 capítulos. Una pena: había tela para cortar para largo.

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