El declive urbanístico de La Plata reclama un urgente programa de jerarquización

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Si bien el proceso de declinación urbanística de La Plata viene desde hace mucho tiempo, se puede decir, sin temor a exagerar, que en la actualidad es muy ostensible y que se ha llegado a un punto de extrema gravedad, a partir del cual no cabe sino reclamar a las autoridades locales el impulso de un enérgico plan de jerarquización integral de la Ciudad. No se trata, tampoco, de pedir obras que impliquen el vuelco de recursos presupuestarios elevados, sino, tan solo, de la toma de medidas correctivas y de mantenimiento.

En primer lugar corresponde hablar del panorama calamitoso que ofrece hoy la vía pública, especialmente en el centro del casco urbano. Veredas, plazas y paseos se encuentran virtualmente en manos de vendedores ambulantes, manteros y otros puesteros, que cubren a su gusto y placer las veredas y canteros de los espacios verdes más tradicionales con sus mercaderías.

Junto a ello, las paredes de las viviendas o de los palacios gubernativos, así como toda superficie que les resulte útil, son utilizadas por grafiteros para colocar allí toda clase de leyendas con aerosoles o brochas, sin dejar de hablar de variopinta colección de pegatinas y afiches que cubren los frentes de los edificios públicos o privados.

En cuanto a la proliferación de la venta informal, ya daría la impresión de que existiera una suerte de plan que promoviera la aparición de nuevos centros comerciales de venta en la Ciudad, aunque en realidad se habla de grandes o pequeñas saladitas informales, creadas en forma aluvional en cualquier lugar, ya sea frente a la Legislatura o en plazas de valor histórico y tradicional para La Plata como lo son la San Martín y la Italia. No hay controles ni límites a la vista, de modo que rige la ley del vale todo. El contrabando de mercaderías, la falsificación de marcas, la evasión impositiva y la competencia desleal están de parabienes.

Luego de años de que las sucesivas administraciones municipales anunciaran en forma reiterada que combatirían el fenómeno, ahora, como se ha dicho, se ha llegado al extremo contrario y la impresión dominante es que se fomenta esta inaudita y caótica expansión de la venta informal en La Plata.

Sin embargo, a ese panorama calamitoso debe sumarse el que se presenta en la mayoría de las esquinas y cuadras céntricas, con multitudes de trapitos, limpiavidrios y acróbatas que ofrecen sus servicios a los automovilistas, creándose en muchos casos situaciones ríspidas y graves incidentes, por el accionar claramente extorsivo de algunas de estas personas que amenazan o dañan directamente a quienes no les dan lo que piden. De esta manera, tanto el estacionamiento como el tránsito callejero se ven condicionados por quienes convierten a un espacio público en un negocio privado.

Mientras, se habla también en forma reiterada de la anarquía en el tránsito. Las principales avenidas muestran la eterna competencia que corren los micros por sobrepasarse unos a otros, obstruyendo a los dos carriles y creando riesgos para la circulación de vehículos menores. Se sabe que en cualquier ciudad mínimamente ordenada los micros no se sobrepasan y van todos por el carril más cercano a las veredas. Asimismo falta una organización integral del tránsito en el centro y en la periferia y La Plata se encuentra entre las ciudades con mayor número de víctimas por accidentes vehiculares.

Siempre se ha señalado que nuestra ciudad cuenta con valiosas ventajas competitivas, en particular las vinculadas a los valiosos recursos humanos, por la gravitante influencia de sus varias unidades en la Universidad, de la Cic y del Conicet, entre otros centros de estudio. Se ha dicho también que dispone de un polo científico y tecnológico que puede aportar proyectos de primer nivel. Sólo hace falta que la Municipalidad se decida a promover la ansiada jerarquización que la Ciudad necesita, para colocarla a tono sus posibilidades y con el prestigio que ganó en el mundo entero, en la época de la fundación y que supo mantener por muchas generaciones.

 

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