En busca de “plata grande”, golpearon a una mujer hasta provocarle un desmayo
Edición Impresa | 20 de Abril de 2021 | 02:06

Un brutal robo tuvo lugar el pasado domingo por la noche en una vivienda de Punta Lara. Todo sucedió cuando una madre y su hija de diez años se encontraban disfrutando de una tarde de películas fantásticas sin siquiera imaginar que ellas mismas iban a terminar siendo protagonistas, pero de una terrible historia que combinó suspenso y terror.
La tarde había sido por demás apacible en este sector de la Región, “como suelen ser todos los días, sin mayores sobresaltos”, según afirman los vecinos del barrio. Pero esa tranquilidad se rompió ese día cuando, promediando las 9 de la noche, dos sujetos se hicieron presentes en la puerta de una vivienda ubicada en 9 bis, entre 70 y 74, en donde Silvia esperaba a su esposo, al que le restaba apenas una hora para salir del trabajo.
“‘Hola, ¿usted es la señora de M?’, fue lo primero que me preguntaron. Jamás desconfié de ellos. Debe haber sido porque me dijeron el nombre y apellido de mi marido (dato que este diario no revelará por pedido de la víctima). Tenían cara de preocupados así que lo primero que hice fue preguntarles qué le había pasado. ‘“Tuvo un accidente señora’, me dijeron”, contó Silvia Guzmán (46), la damnificada.
Desesperada por conocer más detalles de lo que le acababan de comunicar, la mujer avanzó confiada desde la puerta de su casa hasta la reja sin saber que estaba cayendo en una trampa. Al llegar a la entrada, uno de los sujetos extrajo un arma de sus ropas, le apuntó y le dijo “abrí, venimos a buscar la plata”.
Sin posibilidades de escapar de la mira del arma del delincuente, la mujer, resignada, abrió el portón. Mientras la reja se iba separando del marco, Silvia sintió la primera trompada en la cara. “Me empujaron y me dijeron ‘vamos adentro que tenemos que hablar’. Mi perrito los encaró y le dieron una patada que lo dejó tumbado”, señaló.
escondida en el galpón
El quejido del perro fue advertido por la hija de la mujer que decidió asomarse por la ventana para ver qué sucedía. Al correr la cortina presenció cómo su madre era sometida a golpes por un sujeto con barbijo puesto, mientras un segundo individuo le pegaba a su perro.
“Desconectó la compu y la tiró debajo de la cama. Después, agarró su teléfono y corrió al galpón para esconderse. Cuando entramos con estos tipos, mi hija ya no estaba. Menos mal. Le agradezco a Dios que haya tenido esa lucidez de escapar y esconderse. Estos tipos me hicieron cosas terribles. Me pegaron, me ataron y me hicieron lo peor que le podrían haber hecho a una mujer”, relató Silvia entre lágrimas al recordar la pesadilla que vivió y sobre la que este diario no brindará detalles por pedido de la víctima.
“Estos tipos me hicieron cosas terribles. Me pegaron, me ataron y me hicieron lo peor que le podrían haber hecho a una mujer
Silvia Guzman (46), Vecina de Punta Lara
Casi 45 minutos después del ingreso de los ladrones, Silvia despertó en su cama con la cabeza ensangrentada, con las manos con precintos y rogando a Dios que su hija se encontrara bien. “Estuvieron casi media hora preguntándome dónde estaba la plata. ‘No te hagas la tonta que sabemos que hace poco cobraron un seguro’, me decían. De tanta insistencia les dí el sueldo de mi marido que lo teníamos guardado. Eran 30 mil pesos. Pensé que buscaban eso. Pero no. Me decían ‘la plata grande queremos’. De tantas veces que les dije que no, me pegaron en la cabeza y me desmayaron. Creo que estuve como 20 minutos inconsciente”, precisó Silvia.
un susurro al 911
Mientras su madre era sometida a torturas de todo tipo y después de varios intentos, la pequeña de diez años pudo establecer comunicación con el 911. Como si se tratara de un secreto que un chico cuenta al oído, la niña susurró a la operadora lo que estaba pasando en su casa.
Momentos después se hizo presente en el lugar un patrullero. Para ese entonces, los ladrones ya se habían escapado. “Mi nena salió cuando gritaron desde afuera ‘somos la Policía’ o algo así. No lo recuerdo porque todavía estaba desmayada. Abrí los ojos porque sentía que mi nena me estaba llamando. Como pude, me levanté e intenté caminar hasta la puerta con una angustia tremenda porque pensaba que mi hija estaba en problemas. Con lo que me habían hecho pensé lo peor. Sentí alivio al ver a mi hija entrar a la habitación con los policías”, relató.
Silvia descartó por completo que se haya tratado de un robo al voleo y está segura de que alguien de su entorno “la vendió”. “La zona es muy tranquila para eso. Cómo puede ser que hayan sabido lo del seguro. Con esto de la pandemia, nosotros ni siquiera empezamos los trámites por ese choque que sufrió mi marido”.
Como sucede en las películas en las que el caso se termina resolviendo sobre el final, ahora Silvia espera que “encuentren a los dos sujetos que fueron capaces de hacerle tanto daño”. “Espero que se haga justicia y que paguen por lo que hicieron”, sostuvo.
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