Espejito, espejito…

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Ninguna duda cabe que para los argentinos la respuesta acerca de quién es la más bonita del reino es una sola: nuestra Máxima. Como siempre decimos, su mejor complemento es la sonrisa pero no por eso dejamos de mirar en detalle cada uno de sus looks. Aunque la mayoría de sus reuniones son por Zoom, la reina ha retomado las actividades presenciales y nos ha ofrecido el último mes una clase de estilo.

La primavera se acerca al hemisferio norte pero Máxima se ha decantado, en sus últimas apariciones, por colores otoñales: ocre, verde musgo y fundamentalmente, borravino en diferentes texturas.

Su camino con los rojos comenzó el 16 de marzo cuando visitó el Teatro de Danza. Llevó una blusa de seda con un original cuello que simulaba un pañuelo y una falda lápiz que parecía cuerina pero en realidad era de lino encerado. Todo de Natan, su casa de moda de cabecera. Lo mejor del estilismo fue una capa de lanilla, único estreno del día, firmada por Valentino. Complementó con tapaboca, cartera y zapatos del mismo color. Estaba simplemente fabulosa.

Unos días más tarde abrió un congreso sobre el valor del dinero vestida exactamente en los mismos colores. Abrigo y vestido al tono, ambos de Natan. Nada llamativo sino fuera por el collar de cuentas y plumas de color mostaza con aros a juego que le daba luminosidad a su rostro.

Y en el tercer acto al que asistió estrenó otra capa, en un rojo tomate, con broches. Abajo tenía un vestido liviano con estampado animal print en tonos tierra. Hay que decir que fue el look más desafortunado y que la capa de Natan nada tiene que hacer frente a la maravilla de Valentino.

Puede gustar más o menos pero la reina Máxima nunca nos deja indiferentes.

 

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