La dueña Laurita se quedó con la casa de la polémica: “Es mía desde antes de separarnos”

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Laurita Fernández contó, semanas atrás, su nueva separación de Nicolás Cabré, tras tres años de amor y una primera -y corta- interrupción en el medio. Desde entonces, mucho se ha dicho sobre cuál sería el destino de la millonaria casa que la pareja había comprado en un barrio cerrado de Pilar que, finalmente, quedó en manos de la bailarina.

Fue la misma Laurita la que, medio molesta, negó que la mitad de la vivienda se la haya regalado el actor, como trascendió. “No puedo vivir aclarando o desmintiendo todo, ni vivo pendiente de lo que puedan decir, como por ejemplo que me regaló la casa. Es una locura, ¿cómo me va a regalar la mitad de una casa? De ninguna manera”, sostuvo Fernández, una de las artistas que más ha facturado en los últimos años, entre sus trabajos en el teatro, en la tele y en publicidades.

Según dijo, “la casa es mía desde antes de separarnos” y se refirió a la posibilidad de hacer o recibir un regalo de este monto: “Tampoco a ninguno de los dos nos sobra como para andar regalando una casa”.

Sobre los motivos que los llevaron a dividir este bien cuando todavía eran pareja, Laurita refirió a la primera separación.

“Eso lo decidimos en la primera separación que tuvimos el año pasado. Compartir algo con el otro ya después que te separás es como que decís: ‘Che, ¿y si vuelve pasar que no funciona?’. Ya todo eso era un tema solucionado entre nosotros. Pero la remodelación la vivo con mucha alegría”, dejó en claro la conductora de “El club de las divorciadas” que muy pronto estará en pantalla por El Trece.

Ubicada en el barrio Haras del Pilar, la vivienda -que iba a ser el nidito de amor de la pareja- tiene 200 metros cuadrados construidos, distribuidos entre un gran living, cocina, tres dormitorios en planta alta y un playroom. Además de galería, parrilla, espacio verde y pileta.

 

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