El amor por el club y el puesto dentro de la cancha
Edición Impresa | 20 de Junio de 2021 | 03:34

Los hijos pueden empezar a jugar al fútbol, seguir los pasos de sus padres, hacerlo en los clubes que aman o en cualquier otro, pero el “combo” es completo cuando encima heredan el puesto dentro de la cancha.
A través de los años, se han dado casos muy particulares en el Lobo.
Por ejemplo, Enzo Leonardo Noce y su hijo Juan Pablo, que actualmente es arquero.
El de Guillermo Sanguinetti con su hijo Nicolás que llegó a Primera actuando como lateral derecho, y alguna vez central.
Ni hablar del caso de Darío Ortíz y su hijo Nicolás. El Indio en un interinato como entrenador en el Lobo, hizo debutar en primera a su hijo, que en aquella oportunidad, encima, convirtió un gol. Verdaderamente de película.
O el caso de Sebastián Romero, actualmente al frente de la Reserva, y su hijo Tomás, que hoy ya integra el plantel profesional.
Chirola era un volante ofensivo y hoy Tomy también tiene esas mismas características.
EL CASO VERÓN
Hace algunas décadas, en Gimnasia jugó un volante central de personalidad y mucho temperamento, como lo fue Avelino Verón. Y después fue el tiempo de sus tres hijos, pero resultó ser Pablo el que pudo asentarse en la mitad de la cancha, en la máxima categoría del fútbol argentino. Hoy, en divisiones inferiores, continúa habiendo casos de chicos que apuestan a realizar una carrera futbolística como la de su padre, y un ejemplo claro es el de Lucas Licht, que tiene un hijo en juveniles y otro en las infantiles de Gimnasia.
Sin dudas, el fútbol y el club, se sigue llevando en la sangre.
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