Justo pedido de vecinos de la zona Oeste por la falta de cajeros automáticos
Edición Impresa | 30 de Junio de 2021 | 03:38

Un más que comprensible y justificado reclamo terminan de plantear vecinos de la zona Oeste platense -que contiene, entre otras localidades y barrios a San Carlos, Abasto, Melchor Romero, Olmos y Etcheverry- por la escasa extensión de cajeros automáticos habilitados. “Hay siete equipos para unos 150 mil habitantes”, sintetizó así un vecino, en pocas palabras, uno de los principales fundamentos del pedido que, vale señalarlo, se remonta a varios años atrás.
Según se señaló, la carencia de estos aparatos para operaciones bancarias se hace especialmente crítica en la localidad de Melchor Romero, en donde anteayer un grupo de vecinos se movilizó para denunciar lo que describieron como el “cierre sistemático” de cajeros automáticos en la zona oeste.
La protesta se llevó a cabo en la sucursal del Bapro de 519 entre 169 y 170, ocasión en la que exigieron una respuesta ante el cierre “intempestivo” de esa sede y requirieron, también, por la presencia de más máquinas expendedoras de dinero. “Le pedimos al Banco Provincia que reabra de manera urgente esta delegación que cerró hace más de un mes y que obliga a los vecinos a tomar hasta dos colectivos para poder realizar un trámite”, explicaron los damnificados. Hace años ya habían señalado que aquellos que no cuentan con vehículo propio tienen que llegar hasta un cajero automático ubicado junto al Hospital San Roque de Gonnet o acudir a los que se encuentran en el casco urbano platense, debiendo utilizar el transporte público.
En el reclamo que se otorgue una solución inminente, advierten que “hay siete cajeros para más de 150 mil habitantes”.
El pedido presentado por los vecinos de Melchor Romero no sólo es justificado sino que merece la más pronta respuesta de las autoridades, que deben gestionar y concretar cuanto antes una solución a los requerimientos planteados.
Sin embargo, el problema tiene, además, implicancias que alcanzan a muchas localidades de la periferia, sometidas a discriminaciones y olvidos carentes de toda razonabilidad. Se habla de lugares densamente poblados que, por dar sólo algunos ejemplos, carecen de servicios de gas, de agua corriente, de cloacas, de líneas de transporte, de una red caminera acorde a las necesidades productivas de esas zonas, de cajeros automáticos o sucursales bancarias cercanas, de unidades sanitarias y de otros servicios esenciales.
Son varios los organismos del Estado que tienen incumbencia y responsabilidad en lo que concierne a las necesidades cotidianas de las poblaciones de la periferia platense.
Las comprensibles aspiraciones de progresar, de disponer de servicios eficaces son iguales en todas partes y la distancia existente con los grandes centros no constituye excusa alguna para desoír esas demandas.
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