El alto rendimiento genera una alta exposición y presiones

Edición Impresa

Por ROMINA PLATAROTI (*)

@Rominaplataroti

Desde el punto de vista como profesional de la salud mental y hablando específicamente de la psicología aplicada en el deporte hay tres ejes fundamentales para tener en cuenta.

En primer lugar, se debe acompañar al deportista a trabajar aquellas habilidades psicológicas que le permitan ayudar para fortificar su rendimiento en cada una de las especialidades específicas.

Muchas veces hay ciertos aspectos psicológicos sobre todo en la etapa de competencia que se deben controlar y manejar como es el caso de la ansiedad. Aunque el deportista se encuentre entrenado en la parte física, táctica y técnicamente también entran a tallar aspectos con la presión, la concentración y la confianza pueden marcar la diferencia entre el rendimiento de uno y otro.

El segundo aspecto tiene que ver con la prevención, ya que hay deportistas que se encuentran muy estresadas, el psicólogo, en ese caso, puede detectar que puede haber otras situaciones que afectan el bienestar emocional. Entonces la idea es prevenir para que la salud no se encuentre afectada y después acompañar el desarrollo personal de esos atletas desde el ámbito específicamente del deporte como en otro.

En que respecta específicamente a las presiones, prefiero no generalizar porque hay casos muy puntuales; aunque el deporte de alto rendimiento suele haber muchas exigencias desde el punto de vista físico y mental y muchas veces esas presiones son externas e internas.

Las presiones internas son las que se imponen los propios deportistas; mientras que las extrañas provienen del afuera. En este caso hay que saber y aprender manejarlas como pueden ser las expectativas que depositan los otros sobre el rendimiento de ese atleta.

A propósito, el periodismo hace su trabajo para informar, pero a veces suele haber titulares u opiniones desde la prensa donde está la expectativa del otro. Esa mirada suele generar una presión extra, que es importante poder trabajarla y gestionarla para que no interfiera en el rendimiento, pero sobre todo en el disfrute y el bienestar de la actividad que cada uno elige hacer.

En lo que respecta a los casos específicos de Simone Biles como de Naomi Osaka se los observa desde afuera como verdaderas “máquinas” y pueden con todo lo que se propongan. Esto que han expresado ante estas circunstancias especiales también demuestran que son seres humanos, que han decidido hacer una actividad deportiva de alto rendimiento, que seguramente trabajaran profundamente desde el aspecto psicológico.

Aunque también es muy interesante y positivo que puedan expresarse para demostrar y decirle a los demás que antes del deportistas, hay personas de carne y hueso y que el bienestar tanto emocional como físico es por demás importante.

Muchas veces se pone por delante y en juego el éxito o el logro deportivo a cualquier costo y me parece muy bueno qué si ellas sintieron, porque no lo sé por simple el hecho de no estar en día a día, que hayan expresado que no se encontraban bien y de este modo prestarle atención y cuidar esos deportistas que tiene una vida más allá de cualquier actividad deportiva que practique.

 

(*) Ex gimnasta artística. Representó a Argentina en los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92. En 1995 decidió retirarse de la actividad para estudiar la carrera de Psicología en la UBA. Se desempeña en la parte clínica como también en el área específica del deporte.

 

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