La dupla cumplió con la única obligación que tenía y rescató un punto que le da algo de paz

Por MARTÍN MENDINUETA

@firmamendinueta

Suma. Sirve. Calma. Sin necesidad de ganar, Gimnasia aplacó un gran foco de conflicto interno y recompuso parte de su autoestima dañada.

No haber permitido que River concretara su idea de rápida rehabilitación anímica, significó mucho para este delicado momento. Durante todo este lunes, el poderoso escuchará críticas por las carencias evidenciadas. En cambio, Gimnasia hoy podrá respirar hondo y empezar a planificar la próxima prueba, pasado mañana visitando a Lanús.

inicio electrizante con golazo del pulga para mantener la fe

Empezar perdiendo (iban sólo dos minutos) ante River después de una eliminación tan dolorosa en la Copa Argentina, no fue para Gimnasia todo lo traumático que podría haber sido.

Después que Matías Suárez , sin ponerse tenso, definió por entre las piernas de Rodrigo Rey, muchos pensaron que se iba a desatar una verdadera tormenta que le haría más daño al Lobo. Tal cosa no ocurrió. Más allá de alguna zozobra con los pelotazos profundos a espaldas de sus zagueros, Gimnasia“se la bancó”.

Francisco Gerometta, uno de los peor apuntados por la caída ante Argentinos Juniors, ayer fue, sin dudas, figura destacada. Entre sus aciertos estuvo un centro hermoso para que el Pulga embelleciera aun más la jugada con un cabezazo formidable, que entró cerca del ángulo superior izquierdo y muy lejos de Armani.

En esa atractiva primera mitad las luces millonarias sólo evidenciaron pases de buena ejecución técnica, pero nada de su habitual poderío. Allí estuvo el principal mérito albiazul. Si los de Gallardo no lucieron fue, en parte, por una mejorada predisposición colectiva del dueño de casa.

Enorme partido de Gerometta. Logró reinvidicarse luego de su reciente y tan criticada expulsión

El trío más esperado, Pulga-Carbonero-Holgado, por lo menos apareció en escena, y lejos estuvo de hacer enojar a los hinchas. La dupla apostó fuerte: Puso de titular al nueve que no había impresionado bien en su debut y mandó al banco al valorado Alexis Domínguez. Más allá de cierto sabor a injusticia, hicieron lo que debían hacer: Permitirle al flamante refuerzo mostrarse tal como está.

RIVER, OBLIGADO A ELABORAR JUEGO Y GIMNASIA, SÓLO A NO PERDER

En esa brutal diferencia de roles, los muchachos dirigidos por la dupla se sintieron cómodos. Tras la eliminación sin atenuantes en la Libertadores, el distinguido huésped tenía que ser fiel a su esencia y atacar sin respiro. El Lobo, que debía superar sus propios fantasmas, tomó nota de esa necesidad ajena y actuó en consecuencia.

Por supuesto que River jugó para ganar, y Gimnasia, fundamentalmente, a soportar esa búsqueda, pero en el contexto en que se encuentra lo que hizo le servirá un poco en lo numérico y bastante más para cicatrizar heridas. Exigirle que se pusiera de pie de inmediato y le ganara a quien sigue siendo el mejor equipo del país, no hubiera sido justo ni sensato.

EL BARBIJO NO PUDO OCULTAR LA GRAN IMPOTENCIA DE GALLARDO

Las cámaras de la transmisión televisiva se hicieron un festín enfocando durante varios lapsos al cotizado DT. El Muñeco tenía una bronca bárbara que se le notaba en cada expresión. La impotencia de uno, tiene directa relación con el conformismo sin fisuras del otro.

Ahora, la dupla Messera-Martini podrá elegir con calma a los once para ir a campo granate. ¿Holgado sigue o vuelve Domínguez? ¿Coronel es fija para la zaga? ¿El Pulga ya está para aguantar un partido entero?

No es momento para elaborar las respuestas. Es tiempo de reconocer que, a pesar de percibirse fuertes indicios sobre horas turbulentas, Gimnasia empieza la semana de trabajo con una cuota indispensable de paz.

Merece un párrafo exclusivo el rendimiento de Francisco Gerometta. Redondeó, por escándalo, su mejor actuación desde que llegó. Marcó bien y pasó al ataque con criterio y certeras terminaciones. Fue muy valioso.