Kabul bajo fuego: muerte y terror extremo

Un doble ataque suicida del ISIS contra el aeropuerto capitalino dejó 73 fallecidos, 13 de ellos militares de EE UU, en medio de las evacuaciones para huir de los talibanes

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KABUL

La crisis afgana dio un giro dramático ayer tras un doble atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) que causó al menos 73 muertos -13 militares estadounidenses y 60 civiles afganos- en el aeropuerto de Kabul, donde siguen las evacuaciones de extranjeros y afganos que huyen del nuevo régimen de los talibanes.

Dos atacantes suicidas se detonaron y causaron decenas de muertos y heridos ante las puertas del aeropuerto de Kabul, generando escenas de pánico.

Más tarde, una gran explosión sacudió Kabul en la madrugada de hoy viernes, pero según fuentes afganas se debió a detonaciones controladas por Estados Unidos para destruir equipos antes de dejar el país.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló más tarde sobre el ataque terrorista, y ratificó que las fuerzas de su país se retirarán el 31 de agosto como estaba previsto. También prometió represalias para el ISIS (ver pág. 3).

El titular de la ONU, Antonio Guterres, llamó a una reunión de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad para el lunes próximo, con el fin de abordar la situación tras los ataques en Kabul.

ATAQUE “INMINENTE”

Horas antes, los servicios de inteligencia de EE UU y otros países habían alertado de un ataque “inminente” y pedían a sus ciudadanos que se alejaran del aeródromo.

Cuando empezaba a ponerse el sol, una primera explosión se produjo en Abbey Gate, una de las puertas de acceso al aeropuerto. Poco después, otra carga explosiva estalló “en o cerca del hotel Baron” a poca distancia, explicó el Pentágono.

Desde la fulminante conquista de Kabul por los talibanes hace menos de dos semanas, el miedo y la desorganización fueron creciendo dentro y fuera del aeropuerto, la única salida del país.

Miles de afganos se agolpaban día y noche para partir en un vuelo. EE UU y sus aliados tuvieron que organizar a toda prisa lo que Biden calificó como el mayor puente aéreo de la historia.

El gobierno de Biden, duramente criticado dentro y fuera del país por su forma de organizar la misión, insistía (y confirmó ayer) en el 31 de agosto como la fecha límite para salir, ya que así estaba acordado por la gestión anterior de Donald Trump.

Desde el 14 de agosto más de 100.000 personas lograron escapar de la ratonera, mientras los talibanes empezaban a controlar lentamente los resortes del poder.

RIVALIDAD

La amenaza de un ataque terrorista era omnipresente porque grupos yihadistas como el ISIS son rivales de los talibanes, que por su parte exigen a los occidentales acabar cuanto antes con las operaciones de evacuación y abandonar del país, su objetivo durante 20 años de guerra.

Sunitas radicales como los talibanes, pero a la vez rivales de estos, los miembros del ISIS han masacrado a civiles en mezquitas, santuarios, plazas y hasta hospitales, y han tomado como blanco a musulmanes de facciones a los que considera herejes.

Cuando EE UU y los talibanes cerraron en 2020 el acuerdo que trazaba las líneas de la retirada de las tropas extranjeras, el ISIS los acusó de abandonar la causa yihadista.

La canciller alemana Ángela Merkel calificó el atentado de “despreciable”. Por su parte, la OTAN dijo que su prioridad es evacuar a la mayor cantidad de personas a un lugar seguro cuanto antes. (AFP)

 

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