Apuestas y pronósticos económicos pos electorales y el acuerdo con el FMI

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Ricardo Rosales

prensa.rosalesr@gmail.com

Como era de esperar, aunque no existe un clima preelectoral en la mayoría de la sociedad, con otras preocupaciones, en los negocios y las finanzas no hay casi otro tema de debate. Y no deja de llamar la atención los distintos análisis o previsiones que realizan los especialistas. El ministro Martín Guzmán pronosticó una recuperación del 7 por ciento este año y responsabilizó a los empresarios de la inflación, como si fuera un comentarista de las noticias económicas en lugar del funcionario responsable del área. Una de las versiones de pasillo dice que los sectores K y de la Cámpora esperan una oportunidad para desplazarlo. Pese a todo, recibe algunos respaldos que se justifican por alguna apuesta a “a tres bandas” o porque suponen que su reemplazo sería peor.

Uno de los informes financieros más leídos en el mercado incursiona en este terreno con algunos comentarios de ese tenor: “Si bien un resultado positivo para la oposición sería a priori bien recibido en el mercado, no se debe perder de vista que en estos comicios se plebiscita entre otras cosas la gestión Guzmán y existe el riesgo de que una derrota del FdT fuerce un cambio de conducción económica” dice en el punto tres. De allí es que sostiene en el párrafo siguiente que el mejor escenario para el mercado sería “un buen resultado para la oposición, pero no tanto para complicar la gestión Alberto F.”, destacando los vencimientos de deuda que se avecinan en los siguientes meses con el FMI de U$S 6.500 millones y por lo tanto sin demasiado tiempo para negociar otro programa con el organismo internacional.

Precisamente, una de las preocupaciones pos electorales es como hará el presidente Alberto Fernández para desarmar el “el campo minado” que deja en la economía después de los comicios y si pese a todo llegará a un acuerdo con el FMI. Esa es una expresión que usa el ex economista top de la City porteña, Miguel Ángel Broda, que en su informe de agosto resume su diagnóstico en unos pocos puntos: dólar, “adiós a la calma”; fisco, “fin de la austeridad y entrada en modo electoral”; actividad, “riesgo epidemiológico y mayor incertidumbre” pero con rebote coyuntural; inflación, “baja muy poco y por un ratito”. Y ante la pregunta de cómo se llega a la elección, señala “sin explosión cambiaria, con alguna recuperación del salario y el consumo”.

El menú de opiniones de que podría ocurrir con la economía luego de noviembre es muy amplio, en especial porque los pronósticos avanzan sobre dos aspectos que son de muy difícil predictibilidad: el resultado de las elecciones y la evolución de la pandemia. Una gran mayoría de los especialistas, por ejemplo, no esperan una crisis cambiaria con una maxi devaluación, pero el seguimiento de las reservas en el Banco Central y la pulseada en el mercado con el dólar, indican que el margen de error es muy finito y un cambio de expectativas podría originar reacciones más violentas en el mercado.

Uno de los datos que refleja el humor en las finanzas es el rollover de los vencimientos de deuda en pesos: en la primera licitación de agosto la renovación llegó apenas al 63 por ciento. Es decir, pese a los esfuerzos oficiales (ofertando bonos link y ajustados por precios) es mayor la predisposición a desprenderse de los pesos y dolarizar los activos financieros. De manera que es fácil entender que las abultadas necesidades financieras del gobierno (debido a los vencimientos de deuda en pesos como al aumento del desequilibrio fiscal) desembocan en una fuerte emisión monetaria del Banco Central, alimentando la inflación de los precios. Las estimaciones son de una expansión monetaria de un billón pesos.

El acuerdo con el FMI es, de igual modo, otra predicción central para la evolución económica del país. Las apuestas que realizan los especialistas sobre si habrá o no un acuerdo y con qué rapidez ocurrirá luego de las elecciones legislativas, oscila entre consideraciones de necesidad económica o simplemente actos de fe. El exsegundo de Axel Kicillof en Economía, Alvarez Agís, dice que la Argentina necesita por lo menos que le presten unos U$S 20.000 millones y que el único que podría hacerlo hoy es el FMI. Broda cree que habrá acuerdo con el Fondo a última hora, justo antes de que venza en marzo de 2022, cuando ocurran los grandes vencimientos con el FMI y el Club de París.

Hay más opiniones. El propio Guzmán o el Presidente dicen que se llegará a un acuerdo con el organismo internacional pese a la pirotécnica electoral en el frente oficialista. Igual subsisten enormes interrogantes porque la decisión sigue siendo un tema de carácter político y no económico para la actual gestión con los K. Uno de los aspectos que son suficientes para entender las dificultades, es que ese acuerdo exigiría a la Argentina una disciplina fiscal de al menos diez años y algunas reformas básicas, como flexibilizar el mercado laboral o abandonar el cepo cambiario.

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