Aguantar los toques de Vélez, el libreto que eligió Pipo para olvidar su debut y sumar algo

Leonardo Morales fue quien más peligro generó con sus apariciones en el área rival. Carbonero no es volante, ni Brahian Alemán, doble cinco

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Néstor Gorosito buscó y consiguió cerrar la herida de Mendoza. No quería ni podía volver a perder y por eso pergeñó una táctica que, lejos de seducir, le permitió embolsar su primer punto como entrenador de Gimnasia.

La estrategia de resguardarse esperando y conteniendo a un rival con enorme dinámica e impactante trato de pelota, no levanta críticas desmesuradas, aunque sí llaman la atención las decisiones de ubicar tan atrás (partiendo como mediocampista por izquierda) a Johan Carbonero, y de doble volante central a Brahian Alemán. Cada uno de ellos pierde gran parte de sus virtudes en una transformación que, de mínima, invita a una revisión.

Evidentemente, Pipo todavía no observa seguro a su Lobo y buscó adosarle una cuota de sacrificio y compromiso para recuperar la pelota. Jugando así, Gimnasia no gusta, no convence, pero sumó y calmó, sólo en parte, la profunda preocupación que había traído de su visita a Godoy Cruz.

LE COSTÓ MEDIA HORA GENERAR SERIO PELIGRO EN EL ARCO DE VÉLEZ

Desde el pitazo inicial de Arasa se apreciaron roles tan diferentes como marcados. Vélez, como si estuviera en Liniers, hizo saber su vocación ofensiva mediante un circuito pulcro de pases, Y Gimnasia, incómodo en la función de aguantar bastante replegado, tardó hasta el minuto 29 para hacerle saber a su rival que también quería llegar al gol.

Con el Pulga flotando apenas unos metros detrás de Nicolás Contín, Carbonero “disfrazado” de mediocampista por izquierda (no siente esa función y le queda muy lejosel área rival, donde suele ganar en el uno contra uno) y Eric Ramírez de volante por derecha, el equipo de Pipo sólo corría detrás de la pelota que manejaba Vélez. Esa versión cautelosa le dio resultado únicamente porque al huésped le faltó puntería en algunas llegadas, y porque Rodrigo Rey tapó las que iban al arco.

Así, con Alemán trabajando de doble cinco como pareja del colombiano Mancilla, y con escasa convicción ofensiva, Gimnasia no sólo no seduce, sino que adopta una postura por la cual le cuesta lastimar. Cuando Alemán se paró de lanzador y buscó profundo a Carbonero para que intente el desequilibrio contra Guidara en los últimos quince metros, apareció el libreto que más satisfacciones le puede dar al Lobo.

Al Lobo hoy le sirve jugar tan replegado, pero no debiera adoptar esa postura como una identidad

 

Gerometta estuvo a la altura en la doble faceta de marcar y avanzar, y Leonardo Morales (que tuvo un remate fortísimo para gol que tapó Hoyos y un cabezazo por arriba del travesaño) siempre tiene algo bueno para darle al equipo, pero no puede ser que los delanteros estén ausentes en el área rival.

Gimnasia se mostró claramente mejor que en Mendoza, pero su propuesta no puede basarse fundamentalmente en aguantar y abortar los intentos de su oponente.

VÉLEZ TOCÓ MUY BIEN, PERO A VECES EXAGERÓ EN LA TENENCIA

Los chicos orientados por Mauricio Pellegrino ofrecen una dinámica elogiable y todos lo hacen con técnica pulida, aunque hubo momentos en que abusó de la tenencia. Esa exageración, por momentos, permitió que Gimnasia se acomodara en el fondo y lo alejó del gol que mereció.

Vélez fue superior y podría haber ganado, pero chocó con Rey y contra su propia falta de eficacia en la red.

El próximo lunes, cuando Unión llegue al Bosque, Gimnasia deberá mostrar mucha más ambición, la misma que prometió su nuevo técnico en la primera conferencia de prensa.

Ayer le sirvió pararse tan replegado, pero no debiera adoptar esa postura como una identidad permanente. Hace bastante que no suma de a tres y ya van once fechas.

Pedirle un esfuerzo mayor a Carbonero es una cosa y ubicarlo como mediocampista, otra muy diferente. Algo similar ocurre con Alemán. No es doble cinco, es enganche.

 

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