La llegada de Riquelme le dio más color a la fiesta

Edición Impresa

El viaje de Boca a Santiago del Estero para jugar, contra Patronato, movilizó a toda la provincia, y en Termas de Río Hondo, donde se concentró la delegación, más de 3.000 fanáticos aseguraron un clima de verdadera intensidad.

La puerta principal del hotel donde se alojó el plantel fue el lugar elegido para saludar al equipo, tanto a su llegada como las veces que alguno de sus integrantes se dejó ver, y cuando los convocados por Sebastián Battaglia respondieron a ese gesto, la multitud reaccionó con movimientos propios de tribuna.

El aliento fue constante, con banderas que se agitaron al ritmo de las canciones, y cuando Marcos Rojo se acercó a un jovencito para entregarle un barbijo, la alegría alcanzó su nivel más elevado.

La locura de los hinchas fue mayor aún en las primeras horas de la tarde, cuando se produjo la llegada de Juan Román Riquelme, el vicepresidente a cargo del fútbol, quien viajó un vuelo particular junto a Jorge Ameal, el titular del club.

No es habitual que Riquelme acompañe al equipo saliendo de la Bombonera, pero lo hizo considerando la trascendencia del partido por la Copa Argentina, objetivo de este semestre porque se entiende que es la ruta más directa para asegurar el pasaje a la próxima edición de la Copa Libertadores.

Cuando Román se hizo presente en la concentración, los seguidores que estaban haciendo guardia se desesperaron por saludarlo, y en esas circunstancias se produjeron apretones que dejaron en posición incómoda, apretada contra una valla, a una abuela de 82 años, quien fue rescatada por el ídolo, quien le firmó la camiseta.

El “Riqueeelme, Riqueeelme...”, se multiplicó, igual que los saludos y los autógrafos que firmó el hombre fuerte del fútbol Xeneize.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE