Centros de testeo apremiados por una demanda masiva y la vacunación, demorada

Edición Impresa

La llegada de la variante Ómicron ha hecho que creciera en formas abrupta en los últimos días el número de contagios por Covid-19 en nuestro país -la escalada trepó a 44.369 casos el lunes y a 81.210 ayer- mientras que en nuestra ciudad entre el viernes y el domingo pasado se reportó una cantidad de positivos que supera incluso a los de toda la semana anterior.

Tal como se ha señalado en esta columna hace pocas jornadas, es evidente que ha existido un relajamiento en la prevención de esos casos, como producto de la sensación creada de que la pandemia ya es cosa del pasado. El incremento ostensible de casos de contagio en muy pocos días es prueba tangible de ese inexplicable descuido.

Lo cierto es que ahora siguen formándose largas colas en los centros de testeo, en una escena que también se reitera de modo explosivo en Mar del Plata, con largas filas de turistas aguardando ante los centros de salud habilitados.

Como dejó en evidencia la sala de situación del ministerio de Salud bonaerense al actualizar el domingo a la medianoche sus reportes de Covid, entre el 31 de diciembre y el 2 de enero se confirmaron 1.958 nuevos contagios a nivel local. Como se dijo, la cifra supera incluso el total registrado en toda la semana anterior, cuando hubo 1.763.

Con todo, el número no refleja aún los contagios que pudieron haberse producido durante las celebraciones de Fin de Año, los que se espera que comiencen a verse en los próximos días como ocurrió después del fin de semana de Navidad.

Mientras tanto ayer continuaron registrándose largas filas en los centros de testeo abiertos por el Municipio para aliviar la demanda que vienen recibiendo durante las últimas semanas los hospitales.

Tal fue el caso del centro montado en el Parque Saavedra, donde se atiende sólo a personas sin síntomas de Covid pero que requieren testearse ya sea por haber sido contacto estrecho de un caso positivo o porque tienen previsto viajar.

Si bien, afortunadamente, las salas de terapia de los hospitales se encuentran lejos de verse saturadas, los especialistas no dejan de advertir que el crecimiento de casos en la Argentina ocurre en estos meses de verano, cuando tradicionalmente es mucho menor la morbilidad.

Se conocen ya serias advertencias acerca de lo que podría sobrevenir cuando comience en nuestro país la temporada fría, tal como está ocurriendo ahora con el invierno europeo.

El fenómeno en algunos centros de salud se ha vuelto complejo, ya que se concentran allí personas que van a testearse con quienes acuden a cumplir con el programa de vacunación, la gran mayoría de ellos adultos de edad mayor que, por cierto, además de padecer los embotellamientos corren riesgos de contagiarse.

Corresponde una vez más poner en claro en la población que la pandemia está lejos de haber terminado y que deben seguir cumpliéndose a rajatabla las medidas preventivas oportunamente fijadas: uso de barbijo, desinfectarse con alcohol, lavarse las manos con jabón, respetar los distanciamientos, no asistir a fiestas o reuniones masivas.

Asimismo, debe dotarse a los hospitales de todos los recursos materiales y humanos necesarios, así como apurar de una vez por todas los programas de vacunación –habilitando a los centros vacunatorios profesionales que podrían contribuir en gran medida, dada la necesidad de descentralizar el operativo- y. como se dijo también en otras ocasiones, corresponde expandir a toda la población una campaña de testeos masivos.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE