Consejos y recomendaciones para viajar mejor

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Las conductas y necesidades de las dos mascotas más tradicionales de los hogares son bastante distintas. Los perros se pueden amoldar mejor a las vacaciones, incluso si son activas. Los gatos pueden habituarse a un nuevo lugar donde vivir por un tiempo, pero se deberá tomar la molestia en acondicionarlo antes y evaluar si son buenos candidatos.

Para ambos hay que analizar los pros y los contras, ya que aunque se desee incluirlos en los planes de vacaciones, es posible que por su carácter o condiciones físicas vayan a estar mejor en casa o al cuidado de alguien más.

Los gatos pueden estar solos un par de días si alguien se encarga de su arenero, bebedero, comida y mimos un ratito al día; y si el perro es tranquilo y se tiene algún conocido con quien se lleve bien, podría quedarse unos días en una casa amiga.

Ahora, si los animales viajan con sus dueños de vacaciones, hay que seguir ciertas recomendaciones. Primero y ante todo, mucha calma. Este sería el consejo principal, ya que habrá que ocuparse del bienestar de la mascota mientras se visita un lugar nuevo y eso va a tomar tiempo.

Incorporar a su collar una placa con los datos de contacto del dueño es elemental.

Aunque los los lugares para viajar con mascotas proliferan, y cada vez más hoteles y apartamentos cuelgan su cartel de pet friendly, hay que informarse de las condiciones del alojamiento, o incluso del viaje en un medio de transporte público, es una parte fundamental del viaje.

Una vez en el destino, se debe tener cierta rutina: los paseos y comidas deben seguir su horario habitual también en vacaciones. Los gatos son especialmente rutinarios así que agradecerán el esfuerzo.

Si se va a viajar al extranjero, es mejor informarse bien acerca de qué documentación o tipo de jaula puede necesitar la mascota. De ese modo ningún viaje se truncará por un papeleo inesperado.

Las vacaciones con mascota que impliquen un viaje en avión requerirán de consultar los requerimientos de la compañía aérea, y se recomienda hablar con el veterinario de cabecera que podrá aconsejar sobre cómo hacerle ese vuelo más llevadero.

 

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