La obra que respondió a la trágica inundación de 2013

Canalización y ensanche del Arroyo El Gato, que sin embargo sigue con altos niveles de contaminación. Trabajos complementarios

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El 6 de febrero de 2019 quedó formalmente inaugurada la obra hidráulica de canalización del Arroyo El Gato, entre otros proyectos que se concretaron para evitar inundaciones en La Plata. Se trataba del ensanche y profundización de ese cauce, sobre el cual convergen no sólo las provenientes de la distante fuente natural, sino los caudalosos desagües pluviales de la Ciudad.

Habían pasado casi seis años de la inundación más trágica en la historia de La Plata, ocurrida el 2 de abril de 2013, que originó un número aún indefinido de víctimas fatales e incalculables daños en las 70 mil viviendas que se vieron sumergidas en las aguas, con perjuicios económicos enormes para la población afectada, de modo que, superada la catástrofe, miles de vecinos reclamaron por la urgente concreción de las principales obras hídricas, en realidad prometidas desde hacía muchas décadas.

En esa trágica jornada, más de media ciudad pareció un remedo de Venecia, con sus calles convertidas en canales caudalosos.

Tal como se había informado en los meses posteriores a la catástrofe, los trabajos proyectados desde los ámbitos municipal y provincial para evitar el riesgo de nuevas inundaciones conformaban unas cuarenta acciones que abarcaban desde obras estructurales, con el financiamiento de las dos jurisdicciones, hasta modificaciones en el sistema de desagües desarrolladas por la Ciudad. También hubo que modificar una serie de terraplenes y de otros obstáculos que evitaban la posibilidad de rápidos desagües en muchas zonas.

En base a ese esquema las acciones encaradas por el Municipio fueron complementarias de las intervenciones ejecutadas por la Provincia en las principales, entre ellas la canalización del Gato.

En su integridad, se trataba de una reformulación profunda de las principales vías de drenaje de toda la Región. Se consignaba entonces que cerca del 70 por ciento del casco urbano de La Plata volcaba sus aguas en el Arroyo El Gato, que a su vez recibía y sigue recibiendo los excedentes pluviales a lo largo de 13 kilómetros hasta el Río Santiago.

Era común en los años previos a la canalización que en muchos barrios ubicados a la orilla del arroyo, a partir de las fuertes lluvias, había que transitarlos en botes.

El curso de agua en un sector del canalizador del Arroyo El Gato / César Santoro

El hecho de que el Arroyo El Gato tuviera un papel tan importante en el proceso de escurrimiento del casco urbano se debe, además, a que otros dos cauces vuelcan sus aguas en él: el Arroyo Regimiento y el Arroyo Pérez. Absorbidos por el sistema de desagües subterráneos, estos dos arroyos atravesaban antiguamente el cuadrilátero del casco urbano al fundarse la Ciudad.

CANALIZACIÓN

Lo cierto es que el objetivo de la primera obra estructural dispuesta era la canalización de El Gato, de modo de aumentar drásticamente la capacidad del arroyo para captar y transportar los excedentes pluviales hasta el Río Santiago, ensanchando casi al doble la medida que tenía y revistiéndolo con bloques de hormigón para que el agua escurra con mayor velocidad.

Cabe recordar que la obra de la Cuenca del Arroyo El Gato, que incluyó su saneamiento y canalización, la limpieza y adecuación del afluente, se extendió desde Av. 143 hasta Av. 13 y desde esta última hasta diagonal 74, pasando Ringuelet.

Pero hubo numerosas obras hídricas complementarias proyectadas en otros puntos de la Región, algunas de ellas cuyo curso de ejecución demoró más tiempo. Se habla de una red de pequeños cauces tributarios, zanjones profundos que también se hormigonarían y otras obras civiles que fueron ejecutándose en los últimos años.

Acaso los trabajos que originaron más trastornos y demoras tuvieron que ver con la construcción del nuevo puente sobre el Arroyo El Gato para atravesar el camino Centenario, algo que obligó a numerosos cortes de esa vía caminera y la realización de los desvíos hacia calles alternativas para poder ingresar o salir de la Ciudad.

CONTAMINACIÓN

Hace ya décadas que sucesivas investigaciones realizadas por especialistas vienen registrando y advirtiendo sobre los altísimos niveles de contaminación que presenta el Arroyo El Gato, especialmente en su desembocadura en Río Santiago, en un proceso que también afecta directamente la calidad de las aguas del Río de la Plata, tal como quedó determinado en varios de esos estudios.

Cabe aquí reseñar que en agosto de 2014 observadores universitarios platenses con el concurso de expertos, comprobaron que los efluentes cloacales, sólidos domiciliarios y desperdicios industriales que en su curso recibe El Gato son arrastrados hasta desembocar a unos mil metros de la boca que toma el agua para potabilizar en la planta de Punta Lara, que se consume en la Región.

La contaminación en este espacio genera preocupación / EL DIA

En ese sentido, las conclusiones aportadas entonces por investigadores de Ciencias Exactas no pudieron ser más desalentadoras: las sustancias fecales detectadas en el Arroyo El Gato quintuplican los niveles permitidos. Por su parte, otros profesionales afirmaban en esos años que no existía proyecto alguno para sanear ese curso hídrico, que cruza de oeste a este los partidos de La Plata y Ensenada.

En los años sucesivos expertos advirtieron, por ejemplo, que las importantes tareas realizadas no contemplaron el saneamiento, exhortando a las autoridades a que se construyera una planta de tratamiento a la vera del arroyo.

Sólo la detección de las fuentes contaminantes y la aplicación de sanciones pertinentes, con debida identificación de personas, empresas y funcionarios responsables del deterioro ambiental, así como la construcción de plantas de tratamiento -tal como lo vienen reclamando vecinos y entidades ambientalistas- podrán volver eficaz una tarea de depuración que no debe demorarse más.

Lo trascendente es que está en juego la salud de la población y la calidad del medio ambiente. Y es el Estado el que, en el caso del Arroyo El Gato -convertido ciertamente en el “Riachuelo” de nuestra región- debe actuar con celeridad para defender esos valores; a través, inclusive, de los organismos judiciales a los que últimamente la población acude, en busca de defensas institucionales frente a la degradación ambiental en la que, injustamente, deben vivir.

Agua
Se consignaba que cerca del 70 por ciento del casco urbano de La Plata volcaba sus aguas en el arroyo El Gato, que a su vez recibía y sigue recibiendo los excedentes pluviales a lo largo de 13 kilómetros hasta el Río Santiago.
Objetivo
El objetivo de la primera obra estructural dispuesta era la canalización de El Gato, de modo de aumentar drásticamente la capacidad del arroyo para captar y transportar los excedentes pluviales hasta el Río Santiago.
Contaminación
Las conclusiones aportadas entonces por investigadores de Ciencias Exactas no pudieron ser más desalentadoras: las sustancias fecales detectadas en el Arroyo El Gato quintuplican los niveles permitidos.

 

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