Lamenta algunas omisiones, pero es un film “que alerta, enseña y emociona”

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Esto nos dijo Jesús Rodríguez, que era entonces y lo sigue siendo un conocido dirigente radical. “La película tiene un mérito extraordinario, que ha sido y es poder llevarle a la mitad de los argentinos, que no fueron contemporáneos de esos sucesos, una información y una mirada de algo extraordinario. Es una gran película, con grandes actores, que ojalá gane el Oscar, que lleva muchísima gente a la sala… es decir no tengo más que elogios”. Pero a la hora de analizar los hechos que se muestran y sobre todo los que se omiten, formula estas aclaraciones: “El fiscal Strassera, un héroe, sin duda, pudo hacer esta acusación porque primero estuvo la CONADEP, una comisión que hizo un trabajo formidable, que no nació de generación espontánea sino que fue fruto de una decisión del presidente Alfonsín. Fue él el creador de la primera comisión de la verdad que luego fue reproducida en varios países del mundo y que estuvo presidida por Ernesto Sábato. Es un hito histórico de reputación internacional que creo hay muy pocos en el país que estén a su altura. Y a la CONADEP, ni se la nombra en la película”.

Jesús Rodríguez lamenta, sin cargar demasiado las tintas, que se hayan omitido nombres y hechos relevantes que ayudarían a ajustar más el cuadro de situación. El film “también ignora el profundo significado simbólico del libro Nunca Más, millones de ejemplares vendidos. Y sobre todo -añade- “se empobrece injustamente la importancia de Raúl Alfonsín, verdadero gestor de este juicio”. Agrega que el film reproduce el testimonio desgarrador de Adriana Calvo Laborde, que duró cinco horas. Y ese día estuvo Borges y escribió un testimonio formidable sobre las atrocidades que se expusieron y que reprodujo la agencia Efe y el diario El País. Al final de la película se aclara que tras esas condenas hubo una ley de Olvido, pero curiosamente se olvida de mencionar los indultos”.

Prefiere no abrir juicio sobre el por qué de estas omisiones, pero deja entender que hay descuidos que pueden parecer sospechosos. “El plano final de la película -agrega Rodríguez- alude a la ley del olvido, pero ignora los indultos que aparecieron después”. “Pero hay algo -dijo Rodríguez- que es todavía más importante: el film ignora la trascendente labor que cumplieron los jueces que integraron un tribunal tan amenazado, esos magistrados que acabaron condenando a quienes gobernaron a su antojo la vida y la muerte de tantos argentinos”.

Más allá de estas aclaraciones, insiste otra vez al final que lo más importante es valorar, por encima de todo, los alcances de esta película, la atracción que ha despertado y las preguntas que ha suscitado. Se regocija por el impacto popular que ha generado y desea que se siga presentando donde sea, que siga yendo a festivales, que gane el Oscar y que recorra un camino largo y exitoso para mantener viva en la memoria, parte de lo que fue aquello.

 

 

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