Recomendaciones

Edición Impresa

- Hay que variar las texturas: si empezamos con una sopa o una crema, se puede compensar con un segundo plato que sea crujiente y esté aderezado con un rico condimento.

- Combinar al menos tres colores en un plato usando ingredientes básicos es fácil, sobre todo si se recurre a los vegetales de temporada, llenos de vitaminas antioxidantes.

- Las proteínas, los hidratos y las grasas de calidad, preparados de formas muy sencillas, aportan el resto de texturas y sabores que completarían un plato ideal.

- Mantener esta idea en la cabeza, tanto al cocinar en casa, como al comer fuera, simplifica mucho la elección del menú.

- Cuando comemos platos equilibrados desde un punto de vista nutricional, y que además son atractivos para la vista, gusto, olfato y tacto, sentimos una gran satisfacción y bienestar a todos los niveles.

- Se recomienda aplicar la variedad y la digestibilidad en desayunos, almuerzos y cenas, aunque sea incluyendo representaciones pequeñas de colores, texturas y sabores.

- Si alguna vez no es posible hacerlo en todas las comidas, hay que procurar que la variedad esté presente en el conjunto del día, pero sobre todo en la comida de medio día.

- La norma debe adaptarse a las necesidades de cada persona, eligiendo alimentos y combinaciones que además de aportar nutrientes de calidad y energía, sean fáciles de digerir.

 

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