Superar la fase de grupos es la meta mínima e insuficiente de un país que sueña con la gloria

Miles en Doha y millones en estos pagos esperarán otra alegría. Los cambios que se vislumbran ratifican que el nivel colectivo no convence

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Por MARTIN MENDINUETA

@firmamendinueta

No hay otro tema de conversación. El pulso de hoy está gobernado por la tirania de nuestra pasión número uno. A mitad de semana, sin importar compromisos laborales ni reuniones pactadas con antelación, el corazón de los argentinos latirá diferente.

Si el primer triunfo, todo un desahogo, disparó emociones fortísimas y festejos que jamás se habían dado en la fase inicial, lo de esta tarde promete marcar otro récord.

Yendo para el lado feliz o para el otro (no hace falta entrar en alguna mención específica), los hinchas se dejarán arrastrar hasta posturas extremas.

 

Hoy no habrá grises ni emociones leves. Avanzar o volverse son las opciones de un partido pesado

 

La imagen del técnico argentino Gustavo Alfaro una vez decretada la eliminación de Ecuador no pasó desapercibida en la tarde de ayer. Fue justo lo que nadie quiere observar en el rostro de Lionel Scaloni.

EL HERMETISMO DENOTA QUE EL ENTRENADOR BUSCA UNA MEJORÍA

Sin equipo confirmado, se intuye con fuerza que la formaciuón titular no será la misma que comenzó a jugar frente a México.

Teniendo en cuenta que hoy no habrá término medio en las conclusiones ni en los sentimientos, que avanzar o regresar a casa son las opciones de un partido pesado, Scaloni y sus colalboradores no paran de pensar sobre cuál es la mejor receta para vencer a un rival que no se le parece en nada.

Defender bien cuidándose del poderío de Lewandowski, (se barajan alternativas para el compañero de zaga de Nicolás Otamendi, y hasta se le asigna alguna mínima chance de estar como lateral desde el inicio al ex-Pincha Juan Foyth, convive con la necesidad de generar más y mejor juego asociado desde la posición del mediocampista central. Encontrar un socio idóneo para Messi en el tránsito hasta el área rival es una de las principales preocupaciones del cuerpo técnico albiceleste.

Todo parece ratificar el rótulo de “intocable” (al menos por ahora) de Lautaro Martínez como referente del ataque, aunque Julián Álvarez es la carta alternativa muy bien considerada por los que toman las decisiones.

Teniendo claro que un empate lo haría absolutamente dependiente de lo que ocurra entre Arabia Saudita y México, la presión para la Scaloneta será pesada otra vez.

Una ligera observación de los partidos disputados, sin distinción de grupos, permite aseverar que la cuestión física es y seguirá siendo clave en lo que resta del Mundial.

Y en ese punto Argentina muestra jugadores que vienen sintiendo molestias, propias del final del calendario competitivo. Encontrar el equilibrio justo entre condiciones técnicas, reservas físicas y fortalezas anímicas, es el principal desafío para el tutor general del grupo.

Si bien tiene a su disposición hombres que brillan, algunos, y participan, otros, en las mejores ligas del planeta, para el director técnico que empezó a trabajar como tal en aquel torneo Sub 20 de L’Alcúdia (donde salió campeón), elegir bien desde el minuto uno y tener los reflejos aceitados para las variantes en el curso de las acciones, será clave.

CLASIFICAR ES LA PRIMERA DE LAS OBLIGACIONES POR CUMPLIR

Repasando antecedentes cercanos, finalista en Brasil 2014 y eliminado por Francia en octavos de final en Rusia 2018, para esta Selección se vuelve una obligación primaria, aunque de ningún modo suficiente, superar la fase de grupos. Sintetizando la mirada, es lo mínimo que puede hacer ante tamaña expectativa del pueblo argentino.

Hoy es el tamiz inicial que hay que superar. No será aceptado sin lamentos ni reproches duros un final de jornada con las manos vacías y el pecho hundido por el impacto aciago.

Argentina sale a la cancha por tercera vez y el deseo es que lo haga imponiéndose de un modo convincente.

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