En la polémica de las veredas, otro reclamo por los baldosones
Edición Impresa | 9 de Noviembre de 2022 | 02:51

Tras los planteos de asociaciones dedicadas a la protección del patrimonio urbano, el plan oficial de renovación de veredas fue objetado por el presunto incumplimiento de la normativa que prevé su adecuación a la situación de personas con discapacidad visual.
Gabriela, está abocada a la temática de cuidado de derechos de personas con discapacidad. Trabaja en la Comisión Provincial por la Memoria y conoce la problemática de las barreras urbanas. “Tengo una discapacidad visual y no se han puesto las baldosas táctiles para personas ciegas y de baja visión. Es una pena gastar tanto dinero y no hacerlas accesibles”, dijo.
Luego, planteó la necesidad de “un ajuste razonable” (así se define la adecuación de obras de manera que garanticen derechos a personas con discapacidad) en el proyecto oficial que contempla la realización de obras de renovación de veredas, actualmente en calle 7 (de 55 a 59) por cuenta y cargo de la Comuna.
“El Municipio es el encargado de hacer cumplir las ordenanzas y que ellos no la cumplan llama la atención”, dijo la mujer y advirtió que “la baldosa blanca confunde. No se cumple con los colores que están en la ordenanza”, definió.
En la misma línea se expresaron las Ong que presentaron notas ante la Intendencia y la Defensoría Ciudadana.
Según la legislación local, las lajas de la vereda deben ser de 20 por 20 centímetros; en avenidas, de bastón y vainillas con 5 estrías rectilíneas por baldosa; en calles, cuadriculadas con 9 panes por baldosas; y el color de las piezas, en calles y avenidas con números pares, amarillo ocre con guarda roja y en calles y avenidas con números impares, gris granítico con guarda negra.
Lo que se está colocando en las cuadras de la avenida 7 son lajas de 40 por 40 centímetros color blanco.
La Municipalidad respondió que a instancias de una reforma normativa, en las veredas intervenidas antes de ejecutarse este plan se puede cambiar el modelo de baldosas. También suplir la obligación del frentista para arregarla o donar baldosas, como se anunció.
“Habría que dar el ejemplo y es constitucional hacer accesible las veredas para personas con discapacidad porque favorece la vida autónoma e independiente”, dijo Gabriela y añadió que “se estaría faltando a la convención de los derechos de las personas con discapacidad”.
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