La pausa es necesaria

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Por TAMARA SPARTI (*)

“Quiero tiempo pero tiempo no apurado tiempo de jugar que es el mejor”.

La llegada del receso escolar nos invita (cuando no nos empuja) a tomar algunas decisiones respecto a qué deben hacer niños y niñas con su tiempo libre.

Muchas veces, la necesidad de madres y padres de continuar trabajando, en una época que no da respiro a la exigencia de producción y rendimiento, no nos permite detenernos en la pregunta. Entonces, no hay más remedio que hacer del tiempo “libre”, un tiempo “ocupado”, ahora en otra cosa. Otra cosa que no es la escuela, pero que se le parece mucho. Una estructura muy similar, en un nuevo escenario.

En ocasiones, la alternativa a esta propuesta, es el encierro.

Tratándose de estás únicas opciones, las colonias de vacaciones pueden ser una buena decisión.

Pero queremos introducir, siempre en la medida de lo posible para cada grupo familiar, la idea de la pausa. La pausa, el descanso (aún en su versión del aburrimiento) son necesarios.

Una interrupción en las rutinas del hacer y del producir, son tierra fértil para el autoconocimiento y la creatividad. Es importante dar pelea a la linealidad a la que nos empuja un sistema que no cesa de pedirnos más y más.

En este sentido, hay familias que han inventado un sistema de cuidados compartido. Se conforma un grupo de niños y niñas, que va rotando por los diferentes hogares, de acuerdo a las posibilidades de los adultos. Es una idea que rompe con las rutinas escolares o pseudo escolares.

Citamos esta como una “invención”. Puede haber otras, que se adecuen a las singularidades de los niños y niñas y de sus familias.

La invitación es a seguir pensando cómo hacer de las vacaciones, un descanso.

 

(*) Licenciada y profesora en Psicología

 

Vacaciones

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