Materias difíciles: ¿Cómo pueden fijarse los contenidos?

Si bien no hay una técnica que funcione universalmente, sí existen algunos consejos que los especialistas dan para que cada tipo de “estudiante” pueda estudiar y no frustrarse en el intento

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Estudiar suele exigir mucho de uno: motivación, ambición, método y precisión científica. Sin embargo, hay algunas asignaturas especialmente intensivas en materia de aprendizaje que requieren una porción extra de dedicación y perseverancia.

Si bien las clases recién están por comenzar, no viene mal saber cómo se puede hacer para aprobar esas asignaturas que más cuestan o menos gustan.

Ya sea física o química, ingeniería mecánica, medicina o derecho: los periodos de exámenes suelen ser de tiempos justos y presión elevada. No es de extrañar que los nervios se pongan de punta. ¿Cuál es la mejor manera para que los estudiantes salgan adelante?

El neurocientífico Henning Beck se ocupa intensamente del cerebro humano. En conferencias y libros explora, entre otros aspectos, la cuestión de qué vía sigue el conocimiento para llegar al cerebro y permanecer en él.

Por ejemplo, no solamente apelando al aprendizaje, sino también a la comprensión. “No importa de qué se trate, es importante que el material se integre al propio conocimiento. Así que, en la medida de lo posible, no hay que consumir de forma pasiva, sino lidiar activamente con el material”, dice.

Esto puede concretarse, por ejemplo, creando diagramas propios o utilizando estudios de casos. Cada uno puede desarrollar las técnicas de acuerdo con sus propias preferencias.

Beck compara el estudio preciso para un examen con el entrenamiento para una competición. Su consejo es elaborar con tiempo un calendario en el que se especifique el material a estudiar y la fecha en la que se debe haberlo aprendido.

“No hay que consumir de forma pasiva, sino lidiar activamente con el material”

 

El plan puede ser entonces el siguiente: en una primera fase de aprendizaje se trabaja lo básico, luego en una segunda etapa dedicarse a aspectos específicos y, poco antes de la fecha del examen, aprender el tema a fondo.

Lo ideal es que el aprendizaje se vuelva una costumbre. Por ejemplo, en la medida que se adopta una ventana de tiempo regular, por ejemplo reservando siempre el horario de 16 a 18 horas.

También Cordula Nussbaum es partidaria de los objetivos de aprendizaje definidos y que queden bien claros. Personalmente, favorece el cálculo hacia atrás: a partir de la fecha del examen, se define qué carga de trabajo se quiere alcanzar y para cuándo.

“Si divides las tareas en pasos más pequeños, no se amontonan como un muro inexpugnable”, dice la entrenadora y experta en gestión del tiempo. Además, agrega, pueden establecerse hitos y alegrarse cuando estos son alcanzados.

Nussbaum señala, sin embargo, que los planes de aprendizaje no son una promesa de éxito para todos. “Debería comprobarse qué tipo de alumno se es. Algunos adoptan un enfoque sistemático, otros, a los que llamo ‘caóticos creativos’, necesitan libertad y flexibilidad para trabajar bien y de forma productiva”’, afirma.

“Si divides las tareas en pasos más pequeños, no se amontonan como un muro inexpugnable”

 

Tanto si se trata de un estudiante sistemático como de uno espontáneo, Nussbaum recomienda probar diferentes técnicas de memoria cuando se esté frente a una gran carga de aprendizaje. Estas técnicas, señala, ayudan a almacenar y retener la información, y por tanto a ahorrar tiempo.

Las técnicas de memoria se presentan en forma de dispositivos ayudamemoria como frases mnemotécnicas, rimas o gráficos, pero también como sistemas complejos con los que se pueden memorizar libros completos, listas interminables de palabras o números de mil cifras.

Por ejemplo, con el método Loci: este consiste en imaginar un itinerario compuesto de un cierto número de lugares en un entorno y visualizar los conceptos que se quiere recordar como objetos dentro del itinerario imaginado, siempre en la misma sucesión.

“Y cuando queremos recordar lo que hemos aprendido, recorremos mentalmente los espacios y volvemos a acercarnos más rápidamente otra vez al contenido de aprendizaje”, dice Nussbaum.

Por cierto, el cerebro también necesita tiempo para procesar lo que aprendió. “El suministro permanente de conocimientos no funciona, hay que darle la oportunidad al cerebro de separar lo esencial de lo no esencial y de regenerarse”, dice Beck. Y aconseja incluir fases de descanso en todos los programas junto con las fases activas.

Nussbaum recomienda además celebrar los pequeños éxitos parciales con una recompensa: chocolate, deporte, una breve siesta... cualquier cosa que nos haga sentir bien a partir de un reconocimiento. (DPA)

 

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