Pidieron remedios para su mascota y vaciaron la caja

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Una veterinaria de Tolosa volvió a convertirse en blanco de la inseguridad en las últimas horas con un atraco perpetrado por dos sujetos armados y con el rostro semicubierto que emplearon el artilugio de hacerse pasar por clientes para ingresar al comercio y apoderarse de la recaudación.

Marcela, la propietaria del negocio que funciona en la esquina de 532 y 2 bis confiesa que ya ha perdido la cuenta y calcula que el de ayer debe haber sido el asalto número 12 que han sufrido durante los 25 años que vienen prestando su servicio en dicho barrio platense.

En diálogo con este diario, la mujer señaló que fue tal el nivel de violencia con el que actuaron los hampones que el encargado le recomendó a uno de los ladrones que “pensara o se iba a mandar una cagada”.

Según relató, promediando las 11 de la mañana, dos individuos se presentaron en el local asegurando que necesitaban un medicamento específico para tratar a su mascota.

“Puntualmente pidieron ivermectina, un componente que se utiliza como antiparasitario”, explicó.

El tiempo que demoró el encargado en buscar las distintas presentaciones de la droga solicitada le bastó a los asaltantes para analizar en profundidad el panorama.

Como suele suceder en los casos en los que los malhechores se hacen pasar por clientes, los ladrones observaron la escena para detectar la presencia de más personas en el local, posibles vías de salida y ubicación de cámaras de seguridad.

Cuando se aseguraron de que las condiciones estaban dadas, uno de ellos extrajo un arma de sus prendas y puso de manifiesto ante la especialista veterinaria y el encargado del local cuál era el verdadero motivo por el que habían ingresado.

Según explicó Marcela, a pesar de que llevaban puesto barbijos que tapaban gran parte de sus rostros, las víctimas notaron que uno de los ladrones, por caso el más violento, era mayor de edad mientras que el segundo, más temeroso de la situación, tenía el aspecto de un adolescente.

El sujeto que aparentaba mayor edad exigió al joven que se encontraba del otro lado del mostrador que entregara la recaudación.

“Era temprano para tener una abultada caja y los tipos se pusieron nerviosos cuando vieron la plata que había. Le apoyaron el arma en la cabeza y lo apuntaron en varias oportunidades. El encargado sacó dinero de su bolsillo incluso para intentar conformarlos”, detalló la dueña.

La inconformidad de los ladrones con el magro botín generó una fuerte tensión en el lugar. A tal punto llegó la escalada de violencia y amenazas con el arma de fuego, que la profesional estalló en llanto. Por eso, tras despojarla de su teléfono, los ladrones la encerraron en el baño para que nadie percibiera, desde el exterior, la situación que estaba aconteciendo en el local.

Molesto porque la joven continuaba llorando, en un momento dado el ladrón de mayor edad quiso entrar al sanitario para callarla. Fue en ese momento que el encargado presintió que algo malo podía ocurrir y le pidió al ladrón que reculara.

Luego de esa intervención, los sujetos encerraron también al joven, no sin antes quitarle su celular. Tras ello, los maleantes abandonaron la escena.

 

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