El delito no tiene remedio: tres tiros contra una farmacia en Ensenada
Edición Impresa | 17 de Marzo de 2022 | 03:33

En un tranquilo vecindario de Ensenada, con familias establecidas hace ya muchos años en el lugar, se vivió una mañana atípica, de pura violencia y sinrazón. Fue cuando un delincuente de 30 años, que tiene domicilio en el barrio, arrancó a balazo limpio con el aparente afán de concretar un robo. O más de uno.
Primero le pegó tres balazos al frente de una conocida farmacia, creyendo que así iba a poder vulnerar la cerradura. Como no le funcionó, abandonó el lugar y volvió a ensayar la misma maniobra contra un coche estacionado a unos 200 metros pero tampoco tuvo éxito.
Fue tal revuelo que provocó entre los habitantes de la zona, que no tardaron en activar cuanto mecanismo de seguridad y alarma tenían a mano.
Por lo que pudo reconstruir este diario sobre esa secuencia cargada de locura, alrededor de las 7 de la mañana de ayer el acusado arrancó con una ráfaga de disparos contra el frente de la farmacia “Suárez”, enclavada en la esquina de Jerez y Alemania.
Su propietario, Rubén Ernesto Suárez (64), por la tarde le contó a EL DIA que “faltaba una hora para que abriera el local cuando realizó los disparos. Y cuando lo hice, a las 8 y cuarto, apenas levanté 30 ó 40 centímetros la cortina del frente, vi que el blindex estaba astillado y luego que había un orificio de bala”.
Agregó que “los tiros fueron tres, otro atravesó el frente y dio contra un mueble de madera que tenemos del lado de adentro, mientras que el restante pegó contra artículos de perfumería que nos rompió el proyectil”.
“PUDO SER UNA TRAGEDIA”
El farmacéutico no se cansaba de repetir que “menos mal que no estábamos de guardia, porque los tiros que atravesaron el frente del negocio pudieron dar en cualquiera de nosotros y pudo haberse dado una tragedia”.
El ataque desconcertó inicialmente a la familia del farmacéuticos, que desde 1960 comanda los destinos de ese local.
“Sólo hemos tenido robos por casos de ´raterismo´, pero este barrio es normalmente tranquilo y por eso nos llamó mucho la atención lo que pasó”, refirió. Y de inmediato agregó que “después nos enteramos que al irse de acá, fue hasta Bossinga y Calzetta para disparar contra un coche con la idea de robarlo. Pero al final llegó la Policía y se lo llevó preso”.
En principio, hubo al menos dos testigos presenciales de la balacera contra la farmacia, que dieron un rápido aviso al 911.
Por eso, cuando el asaltante protagonizo 10 minutos después el otro incidente, en Bossinga y Calzetta, la policial no tardó en reducirlo.
Una vecina que vive a metros de la escena donde el mismo delincuente, tras su frustrado intento de robo en la farmacia, quiso continuar con sus andanzas, tras pedir no ser identificada, informó que “salí con mi hija a las 7 y cinco de la mañana para llevarla al colegio y el ladrón primero quiso forzar la puerta del auto de un vecino, pero al no lograrlo buscó robar otro coche efectuándole un tiro”.
En ambos ataques, el delincuente actuó sin importarle que había varios testigos en la zona
También esta maniobra resultó fallida. Y la mujer comentó por qué los planes del asaltante se fueron cayendo uno tras otro, como un castillo de naipes.
“Es que lo vimos todos, vecinos y estudiantes y docentes de la Escuela Inmaculada (que está en Bossinga y Calzetta). Por eso se llamó a la Policía y fue preso”, reflejó.
Se supo que los oficiales incautaron una pistola calibre 40, al igual que dos vainas servidas del mismo calibre y dieron inicio a una causa por “tentativa de robo y daño calificado, tenencia y portación de arma de fuego”.
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