VIDEO. Estudiantes: oficio, oportunismo y el golazo de Rogel para estar entre los mejores

En un primer tiempo errático y falto de fútbol llegó el gol del defensor uruguayo para meter al Pincha entre los 32 finalistas de la máxima competencia del continente. En el complemento dominó a voluntad. Justo vencedor

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Por MARTÍN CABRERA

mcabrera@eldia.com

Si bien el domingo tiene uno de los partidos más importantes para el hincha, Estudiantes cerró anoche un mes vertiginoso y lleno de desafíos superados. Tras el 1-0 sobre Everton en La Plata, se clasificó a la fase de grupos de la Copa Libertadores, se aseguró 3 millones de dólares por jugarla y cerró un ciclo casi perfecto. Ahora, no tiene mucho tiempo para pensar y planificar, pero lo hará con la tranquilidad de haber logrado el primero de los objetivos planteados a comienzos del año.

El Pincha no dejó dudas en la serie ante los de Viña del Mar. Aunque en la previa hubo algo de incógnita por saber cómo iba a resolver el equipo la ausencia de jugadores clave y el desgaste a cuestas, en el global de la serie demostró ser más, mucho más que un rival al que le quedó gigante jugar esta instancia de la competencia continental por excelencia. Se clasificó Estudiantes, sin brillar es cierto, pero nadie podrá discutirlo. Ya está entre los mejores 32 equipos de Sudamérica a la espera del inicio del show principal.

En el primer tiempo no la pasó bien Estudiantes. Tuvo la fortuna que su rival fue muy timorato y no pasó de la insinuación. Pero se lo vio nervioso, dubitativo y con serios problemas para trasladar la pelota.

Las especulaciones de la previa se hicieron realidad. No tuvo un cerebro en la mitad de cancha, porque al momento de la recuperación, ya sea en el fondo o en el medio, no supo qué hacer con la pelota. Sistemáticamente buscó con pelotazos frontales a Alan Marinelli y Matías Pellegrini, que nunca pudieron recibir la pelota, aguantar y jugarla. O bien la recuperaban los centrales o les rebotaba. Fue un cúmulo de impresiones el equipo de Zielinski, que volvió a padecer el flojo presente de Gustavo Del Prete, peleado con la pelota y lejísimos de la versión que supo mostrar en el semestre pasado.

Del otro lado Everton intentó con Juan Cuevas, su jugador más pensante. Pero nunca logró dar el pase final o acertar en el final de una jugada. Sólo con un tiro libre a los 16 minutos, que contuvo Mariano Andújar, puso en aprietos a una defensa que pese a sus errores no pasó sobresaltos. Fue él, con tenencia de pelotas y pelotazos para el grandote Di Yorio, los argumentos que mostró en La Plata pese a su necesidad de dar vuelta una serie que la tenía adversa tras su derrota en Viña del Mar.

ANÁLISIS DE MARTÍN CABRERA Y FERNANDO ALEGRE DESDE EL HIRSCHI

ASÍ SE VIVIÓ LA PREVIA EN 1 Y 57

Y cuando peor la pasaba, o mejor dicho cuando los murmullos podían ser más fuertes llegó la tremenda jugada del uruguayo Agustín Rogel, que anticipó en el mediocampo, volvió a recuperar en la puerta del área y quedó mano a mano con Fernando De Paul como si fuera el “10” de su equipo. Entonces pisó el área y le rompió el arco al rival, para hacer explotar a los hinchas y aportar una dosis de tranquilidad, casi imprescindible debido al momento por el que transitaba el Pincha. El 1-0 no definió nada, pero al menos le dio a los jugadores una cuota de serenidad a esa altura tan necesaria como el inflador para la pelota.

Para el segundo tiempo se esperaban los cambios de Meneghini. Se esperaba la reacción del equipo que había manejado correctamente la pelota y necesitaba dos tantos para clasificar. Nada de eso se vio. En los segundos 45 minutos el Pincha lo fue desgastando con oficio y mucha seriedad. Lentamente le fue diciendo a su rival que todos los caminos estaban clausurados. Y así fue, Everton se terminó rindiendo.

El 1-0 pudo ser más amplio pero claro, en el local no estuvieron Leandro Díaz ni Mauro Boselli, dos de sus jugadores más desequilibrantes de mitad de cancha hacia adelante. Y entonces eso le faltó para poder cerrar con éxito alguna de las muchas veces que rompieron el Corcho Rodríguez y Zuqui por el medio, o Leo Godoy y Emmanuel Mas por las bandas.

Tal vez ese haya sido la única deuda del equipo, que fue haciendo pasar los minutos del reloj del partido con tranquilidad y mucha sapiencia. Porque en la medida que se acababa el tiempo del rival la confianza fue en aumento como esas jornadas locas del dólar blue en la City porteña.

El Pincha supo reinventarse con Alan Marinelli (un poco mejor que en sus otros partidos) y Matías Pellegrini. Mantuvo esa sintonía con Brian Orosco y Aaròn Spetale luego. Con esos jugadores en cancha, ninguno titular hace un mes atrás, se hizo dueño del partido y de la serie, para volver a ser protagonista de la mesa principal de la Libertadores.

Seguramente no le alcance con este nivel y con el poco recambio para llegar muy lejos. Es una posibilidad. Pero en esa Copa nadie sabe cuál sorpresa está a la vuelta de la esquina. Hoy Estudiantes celebra su pase a la fase principal, no es poco premio teniendo en cuenta desde donde inició la carrera. A partir del 5 de abril la historia será otra, mientras los hinchas, insaciables, ya le pidieron un esfuerzo más, ganar el clásico de domingo.

 

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