La competencia que le dio dolores de cabeza, recambios y algunas alegrías

Desde el Club siempre se la miró con interés pero nunca hubo una fuerte convicción para llegar lejos. Cinco veces llegó hasta los cuartos de final y dos veces quedó eliminado en primera ronda y se quedó sin entrenador

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La Copa Argentina es un deseo postergado por Estudiantes. Es una competencia que siempre interesó pero por la que nunca se decidió del todo. O no tuvo buenos planteles, o le falló la puntería en los penales o, directamente, apostó por otra cosa. Por eso en una década no pasó más allá de los cuartos de final pese a los deseos previos. Veamos.

La edición 2011/12, la primera desde que regresó la competencia, agarró al Pincha en una compleja situación futbolística después de años de supremacía. Tuvo que luchar para dejar en el camino de Unión de Villa Krause (2-1) en octavos de final y luego cayó en la cancha de Quilmes ante Deportivo Merlo. Fue por penales luego de igualar 0-0. El DT era Juan Manuel Azconzábal. El Charro, en la B Nacional, fue finalista de ese torneo que ganó Boca.

Al año siguiente, ya con Mauricio Pellegrino en el banco de los suplentes, Estudiantes se tomó más en serio la copa. Primero eliminó a Atlético Tucumán 2-1 en la provincia de Catamarca. ¿Los goles? Duván Zapata y Maxi Núñez. ¿La figura? Gerónimo Rulli. Luego, de la mano del colombiano, dejó en el camino a Quilmes en Chaco y en cuartos de final perdió en San Juan ante All Boys.

En la edición 2013/14, todavía con Pellegrino como entrenador, Estudiantes hizo un buen torneo y llegó lejos. Fue, tal vez, su mejor edición. Primero borró a Douglas Haig en Banfield, luego eliminó a Independiente (2-0 en San Juan) pero en cuartos de final no pudo con Huracán en los penales luego de tener una diferencia de dos goles. Esa edición dejó muy golpeado al plantel ya que había ilusión de llegar más lejos ya que en semifinales el rival era Atlético Rafaela. Boca y River se habían despedido antes de tiempo. El campeón terminó siendo el Globo (superó por penales a Rosario Central), que por ese entonces estaba jugando la B Nacional. Sin dudas que Estudiantes tenía plantel para alcanzar, al menos, la final.

Al otro año, ya con Gabriel Milito al frente del plantel profesional, Estudiantes volvió a apostar por la Copa Argentina, aunque tuvo que compartir energías con su regreso a la Libertadores y el torneo local. Arrancó en 32vos. con victoria sufrida sobre Ramón Santamarina (2-1). Tras cartón eliminó a San Martín de San Juan en la cancha de Instituto (empató sobre el final y ganó en los penales) y en octavos de final hizo lo propio con Quilmes, también por penales tras empatar 1-1 en los 90. Pero en cuartos de final chocó contra un buen Rosario Central, que le dio vuelta el partido en el Bicentenario de San Juan: ganaba el Pincha 1-0 con gol de Israel Damonte y terminó perdiendo 2-1.

Volvió a intentarlo al año siguiente, pero otra vez la triple competencia hizo que resignara interés. Arrancó como protagonista del torneo y allí puso su energía. Encima ese año jugó la Copa Sudamericana. Primero eliminó a Atlas (3-0 en Salta), luego a Los Andes en la cancha de Lanús (2-0) pero cayó por penales ante Unión a pocos días de jugar un duelo clave por la Sudamericana. El DT era Nelson Vivas.

En la edición 2016/17 el sueño duró nada. En primera ronda, con un muy buen plantel, Estudiantes quedó eliminado a manos de Pacífico de Mendoza, resultado que provocó un cimbronazo institucional. Días después y con el contrato de renovación arriba de la mesa, la CD albirroja que presidía decidió echar a Nelson Vivas. Corría el mes de junio y además de la Copa Argentina existían los objetivos de la Sudamericana (luego de ser tercero en su grupo de la Libertadores) y el torneo local. Todavía hoy hay dirigentes que se arrepienten de esa decisión.

Con Leandro Benítez como entrenador del plantel, Estudiantes afrontó la edición 2017/18. Ya había menos nombres y un plantel más austero. Pero siempre el sueño de llegar lejos en la Copa Argentina estaba. Pasó sin sobresaltos a Central Córdoba de Rosario (4-0 en Arsenal) y luego eliminó con mucho sufrimiento a Luján (1-1 en los 90 minutos, 4-1 por penales). Pero en octavos de final no pudo pasar la barrera de San Lorenzo, equipo que lo derrotó 3-1 en Mendoza. Ya sin Libertadores ni Copa Argentina, no hubo objetivos a la vista.

En 2018/19 Estudiantes apostó por la Copa Argentina, con Milito otra vez como entrenador. Tuvo llaves accesibles: Sarmiento de Resistencia (5-1 en la despedida de Braña), Mitre de SdE (2-0 en Cutral Co) y Sp. San Luis (por penales). Pero en cuartos lo eliminó Central Córdoba de Santiago. Fue en la antesala de la inauguración del estadio y el recordado clásico con Maradona como DT de Gimnasia. Apostó por ese objetivo claramente.

La última edición fue previo a la pandemia. En cancha de Lanús no superó la fase de 32vos tras caer ante Laferrere (fue 6-5 en los penales). Ese día se terminó el segundo ciclo de Gabriel Milito.

Ante Pacífico en 2017 y contra Laferrere en 2020 perdió el partido y a sus entrenadores

 

 

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