A punta de pistola, robó un celular y la recaudación en una panadería
Edición Impresa | 18 de Abril de 2022 | 01:45

Un motochorro armado perpetró en las últimas horas un asalto a mano armada en un comercio ubicado en la zona del Estado Único.
Ni el intenso movimiento peatonal y vehicular que había durante la mañana del sábado en ese sector ni el hecho de que la empleada, una joven de 24 años de edad, lo conociera de vista por haberlo visto pasar por la zona en varias oportunidades, representaron barreras para que este sujeto concretara un golpe que le permitió apoderarse de la recaudación del local y el teléfono celular de la víctima.
Según pudo averiguar este diario, toda la situación aconteció en horas del mediodía en una panadería ubicada en 19 entre 33 y 34.
Haciéndose pasar por cliente, un sujeto de unos 30 años entró en una panadería del barrio La Loma con el casco puesto.
Como “lo tenía de vista”, la empleada que lo atendió, jamás sospechó que tenía frente a sus ojos a un delincuente.
Apenas ingresó a la panadería, el ladrón se subió el casco y le dijo a mi empleada que iba a comprar una docena de facturas.
Cuando la joven se dio vuelta para comenzar a cargar la mercadería en una bolsa de papel madera el sujeto sacó un arma de entre sus prendas y dejó en claro cuáles eran sus verdaderas intenciones.
Con un arma apuntando a su rostro, a la joven no le quedó otra opción que cumplir con la exigencia del ladrón. Tomó el dinero que había en caja y lo depositó en el mostrador.
“Ella creyó que eso iba a bastar pero el tipo vio que tenía el teléfono en la mano y se lo pidió”, detalló a este diario una compañera de la chica que indicó al mismo tiempo “que se trataba de un aparato antiguo que la joven había mandado a arreglar recientemente ya que el que tenía se le había dañado”.
Tras despojarla de su teléfono y luego de tomar el dinero en efectivo que había en la mesa, el sujeto se bajó el casco y abandonó la escena.
A decir de la compañera, cuando el nerviosismo y la tensión bajaron, la joven se sorprendió al recordar que en más de una oportunidad lo había visto rondar por el lugar. Es por eso que no descartan la posibilidad de que, antes de ingresar para concretar el golpe, el sujeto se encontrara agazapado en la cuadra esperando que el flujo comercial descendiera.
Es muy probable que esa recorrida en la que hizo contacto visual con la empleada haya sido en realidad una pasada a modo de “reconocimiento del terreno”.
Y, como suele suceder en este tipo de situaciones, tras poder establecer que la chica se encontraba sola en el comercio decidió actuar.
Según calculan en el comercio, el robo debe haber durado menos de 20 segundos y consideran que hubiese sido toda una fortuna que en ese momento hubiese pasado la policía.
“No se puede echar la culpa a la policía por estas cosas. Hacen lo que pueden. Y estoy segura de que si lo hubiesen agarrado en pleno acto seguramente lo habrían tenido que largar a las pocas horas”, expresó la mujer.
Y añadió, “la policía muchas veces tiene las manos atadas en este aspecto. Para terminar con la delincuencia debe actuar la Justicia con medidas que sean más duras y ejemplificadoras”, analizó.
Tras el ilícito, la damnificada y su empleadora realizaron la denuncia. Un patrullero se dirigió hasta el lugar y además de tomar declaración a la joven realizó en la zona una recopilación de las cámaras de seguridad a fin de intentar establecer la identidad del sujeto.
Para la policía, todo apunta a que el sujeto no es vecino de la zona y que la pudo estar frecuentando últimamente con el objeto de realizar una changa.
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